Una historia de amor, de encuentros y desencuentros es el marco en el que Karina Olmedo y Alejandro Parente, cierran una etapa que formó parte de la historia de la danza en la Argentina. Con casi 30 años en la compañía, los dos bailarines dicen “adiós” al Ballet Estable del Teatro Colón (BETC) con “La viuda alegre”, obra que comenzó sus funciones el 2 de agosto y cierra el 8, con la despedida de Parente.
Bajo la dirección de Paloma Herrera, el BETC subió a escena este ballet con adaptación musical de John Lanchberry, coreografía de Ronald Hydn, reposición coreográfica de Steven John Woodgate y dirección musical de Manuel Coves al frente de la Orquesta Estable del Teatro Colón.
“La viuda alegre” (Die Lustige Witwe – The Merry Widow), opereta escrita en 1905 por el compositor austro-húngaro Franz Lèhar, con libreto de Victor Léon y Leo Stein, está basada en la comedia “L’attaché d’ambassade” de Henri Meilhac. Desde su estreno en Viena, en diciembre de 1905, fue considerada como una de las obras más importantes del género. Robert Helpmann, codirector del Australian Ballet, llegó a un acuerdo con los herederos de Lehár para crear un ballet con la música de la opereta. Se ocupó del libreto y propuso a Ronald Hynd que hiciera la coreografía y a John Lachbery la adaptación musical. Fue el primer ballet original de esta compañía, que se estrenó con gran éxito el 29 de noviembre de 1975.
El sábado 4, fue Olmedo quien bailó por última vez en el escenario que la vio crecer y a través del cual transitó alegrías y tristezas, y recorrió esas tablas junto a bailarines como Igor Zelensky, Faruk Ruzimatov, Yuri Klevtsov y Carlos Acosta, entre otros, interpretando los roles principales de los ballets más entrañables del repertorio clásico.
La primera bailarina del BETC asumió el rol principal en “La viuda alegre”, junto al primer bailarín Juan Pablo Ledo y a la compañía dirigida por Paloma Herrera. Al término de la función, cayeron flores sobre el escenario, y ante una sala llena ovacionándola, llegaron las lágrimas, la emoción, los afectos, los recuerdos… Y allí estaban también sus compañeros de ruta, la directora general del Teatro Colón, María Victoria Alcaraz, su padre y sus hijas.
Luego de la función, el Teatro Colón homenajeó a su primera bailarina con una recepción en el Salón Dorado, y entre aplausos, besos y abrazos, logró decir, con emoción contenida: “Me retiro con una misión cumplida en esta casa. Les agradezco profundamente por todo el cariño que es lo que más me llena el alma y el amor con el que han compartido conmigo esta noche”.
Olmedo comenzó a los ocho años en la Escuela Nacional de Danzas y estudió en forma independiente con la profesora Gloria Kazda hasta que, a los 14 años entró al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, y luego fue parte del BETC. En 1989 obtuvo la medalla de oro en el I Concurso Latinoamericano de Ballet de Buenos Aires y una beca para perfeccionarse en el centro de Rosella Hightower en Francia. A su regreso fue convocada por Julio Bocca para formar parte de su compañía, el Ballet Argentino, con el cual realizó una extensa gira internacional.
Como primera bailarina del BETC su repertorio incluyó grandes producciones como “La Fille Mal Gardée”, “La Bayadera”, “Don Quijote”, “El Cascanueces”, “Coppelia”, “La bella durmiente del bosque”, “Paquita”, “Raymonda”, “Suite en Blanc”, “Los cuatro temperamentos”, “Suite porteña”, “Estaciones porteñas”, “Romeo y Julieta”, “Giselle” y “Apollon Musagete”, sobre una innumerable lista de obras y roles protagónicos.
El miércoles 8 de agosto, cierra el telón de “La viuda alegre”, con la despedida del primer bailarín Alejandro Parente, interpretando su rol protagónico junto a la primera bailarina del Royal Ballet de Londres, Marianela Núñez, con quien ya ha bailado la función del domingo 5 de agosto. Esta función se podrá ver en vivo por www.teatrocolon.org.ar.
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