Los miserables

Sigue siendo un clásico

El 11 de junio el musical basado en la obra maestra de Victor Hugo escrita en 1862 regresó al Opera House del Kennedy Center, y permanecerá hasta el 15 de julio. Esta producción de Cameron Mackintosh narra una historia de sueños rotos, pasión, sacrificio y redención que trasciende las épocas.

Deja un comentario Por () | 14/06/2025

“Los miserables”, el musical dirigido por Laurence Conner y James Powell regresó a Washington DC. Fotos: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

“Los miserables”, el musical dirigido por Laurence Conner y James Powell regresó a Washington DC. Fotos: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

Desde los bajos fondos de la trama social parisina, en 1862 Victor Hugo escribió “Los miserables”, una de las obras maestras de la literatura universal. Una historia épica, ambientada en la Francia del siglo XIX, que reflexiona sobre las desigualdades sociales, la justicia, la redención, la moral, el amor. Desde entonces, y ya en los comienzos del siglo XX, se hizo la primera versión cinematográfica, dirigida por Richard Boleslawski en 1935. Y, después de más de cien años, en 1980, se produjo el musical con libro y letra de Alain Boublil y música de Claude-Michel Schönberg, una propuesta que ganó el premio al mejor musical en los premios Tony de 1987.

El 11 de junio, el musical regresó al Opera House del Kennedy Center de Washington D. C., luego de agotar localidades en 2023, y permanecerá en cartel hasta el 15 de julio. Esta incomparable producción de Cameron Mackintosh narra una historia apasionante de sueños rotos y amores no correspondidos, pasión, sacrificio y redención, que trasciende las épocas y las circunstancias.

El protagonista de esta intrincada trama es un exconvicto, Jean Valjean, una víctima de la sociedad, que estuvo 19 años en prisión por robar una hogaza de pan. Tras su liberación, Valjean se reformó y se convirtió en un exitoso industrial y alcalde de un pueblo del norte. Sin embargo, su pasado regresa de manera implacable a través de las persecuciones del inspector de policía Javert. Otros personajes se entrelazan y van construyendo esta obra monumental de casi tres horas.

Con dirección de Laurence Conner y James Powell, el musical sigue y entrelaza las historias de los personajes con claridad y sutileza simbólica, donde cada elemento de la puesta en escena contribuye a la narrativa. Valjean, redimido, promete a una mujer moribunda, Fantine, cuidar de su hija Cosette, a quien cría como suya. Cuando Cosette es adolescente, se enamora de un revolucionario, Marius. A partir de ese encuentro, cada uno de los personajes va develando sus propias verdades.

Actuaciones deslumbrantes, voces magníficas e interpretaciones cargadas de emoción permiten que el espectador sea partícipe de cada uno de estos momentos definitorios de la vida de los protagonistas. La actuación de los niños merece un capítulo aparte: bellas voces, acertadas interpretaciones y una fuerza emocional conmovedora.

Nick Cartell como Jean Valjean en la producción de “los miserables en el Kennedy Center. Fotos: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

Nick Cartell como Jean Valjean en la producción de “Los miserables” en el Kennedy Center. Fotos: Matthew Murphy y Evan Zimmerman. Gentileza JFKC.

Nick Cartell, como Jean Valjean, con su potente voz, transitó todos los tonos, las intensidades y los matices necesarios para el tránsito de su personaje. Por su parte, Lindsay Heather Pearce, en el rol de Fantine, conmovió a la audiencia con “I Dreamed a Dream”. El resto del elenco, tanto en las intervenciones corales como en los solos, mostró que la producción hizo una cuidada selección de voces. Impactante y emotiva la interpretación de Mya Rena Hunte (Éponine), con un solo que hizo estallar los aplausos. La Kennedy Center Opera House Orchestra, dirigida por Glenn Alexander II, acompaña con magnificencia estas estupendas voces, con una dirección musical precisa.

La escenografía de Matt Kinley, ajustada, simbólica y determinante, deja que los actores se desplacen con naturalidad y pinta esas calles, esos burdeles o tabernas, y esas barricadas, con un realismo y una belleza asombrosos. A eso se suma el gran acierto de incorporar proyecciones realizadas por Finn Ross, que le dan un toque realista y ayudan a describir de manera cinematográfica los desplazamientos y los espacios ocultos de París. Dentro de los elementos de la puesta, el diseño de luces de Paule Constable contribuye de una manera sutil a crear climas y emociones. La iluminación se cuela con sutileza por espacios impensados, da cuerpo a la escenografía, la viste, le da entidad.

“Los miserables” no es solo un musical, es una obra de arte sobre otra obra de arte. Pero, al mismo tiempo, es una pieza que incita a reflexionar sobre el mundo y su contexto, sobre el hombre y sus circunstancias, y sobre la capacidad desmedida del hombre para construir o destruir su propio entorno y su destino. Más allá de las épocas, y casi dos siglos después, la obra de Victor Hugo sigue viva.

(De Izq. a Der. ) Jake David Smith como Marius, Mya Rena Hunter es Éponine, Delaney Guyer en el rol de Cosette, Nick Cartell como Jean Valjean. Fotos: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

(De Izq. a Der. ) Jake David Smith como Marius, Mya Rena Hunter es Éponine, Delaney Guyer en el rol de Cosette, Nick Cartell como Jean Valjean. Fotos: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

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