Ballet Nacional de Cuba

La Cenicienta sale de su ostracismo

El talento joven del ballet cubano se impone en esta reposición del clásico cuento de Charles Perrault que se estrenó en 1996 con coreografía de Pedro Consuegra y música de Johan Strauss (h). La producción está favorecida por la colaboración del diseñador alemán Armin Heineman.

Deja un comentario Por () | 07/08/2018

Chanell Cabrera, es “La Cenicienta”, y Yankiel Vázquez, primer solista del BNC, cubrió el rol del Príncipe heredero Gustav en la versión de Pedro Consuegra. . Foto: Jorge Garciandia. Gentileza BNC.

Chanell Cabrera, es “La Cenicienta”, y Yankiel Vázquez, primer solista del BNC, cubrió el rol del Príncipe heredero Gustav en la versión de Pedro Consuegra. . Foto: Jorge Garciandia. Gentileza BNC.

El buque insignia del ballet cubano con su tripulación juvenil se enfrasca en la controvertida decisión de reponer su producción de “La Cenicienta”, en esta temporada estival, una versión coreográfica “suis generis” del cubano Pedro Consuegra estrenada en 1996  -y por casi dos década dormitando en el repertorio pasivo del Ballet Nacional de Cuba (BNC)-, inspirada, por supuesto, en el prístino cuento de hadas homónimo decimonónico del francés Charles Perrault.

El coreógrafo Consuegra, ex bailarín del antiguo Ballet de Cuba,  profundo investigador de la obra y el estilo del icónico maestro marsellés Marius Petipa, afincado en Francia por más de cinco décadas, presentó por primera vez en 1988 su versión de este ballet -en dos actos y cuatro escenas- para el Ballet d la Ópera de Marsella, eligiendo como soporte musical la primera composición creada expresamente para ballet  por Johann Strauss (hijo).

Posteriormente, en 1996, después de una revisión sustancial, “enriquecida en los aspectos técnicos y dramáticos”, la estrenó en La Habana el BNC.
Como antecedentes históricos, siempre con la partitura de Strauss, figuran la del coreógrafo E. Graub , estrenada en Berlín en 1901, por la Berlin Staatsoper en 3 actos y parcialmente orquestada por J. Bayer. Le siguió la del Ballet de la Ópera de Viena, en 1908, en una versión coreográfica de Hassreiter, y en 1979, es recreada en tierras inglesas por Robert de Warren, esta vez para el Northern Ballet Theatre, en Manchester.

Cuando se anunció la reposición de esta obra, del repertorio pasivo del BNC, no pocos aficionados cubanos al ballet estaban escépticos con la decisión tomada por la dirección artística de la agrupación (bajo la égida siempre de la eximia Alicia Alonso), puesto que tras su estreno habanero el éxito de público fue magro y las críticas publicadas no le fueron muy favorables entonces. Por lo tanto, es lógico que ahora se cuestione su retorno a la escena de la Sala García Lorca del Gran Teatro Alicia Alonso: ¿por qué sale de su ostracismo la versión de Consuegra y pasa al repertorio activo del BNC? ¿Qué elementos o factores artísticos primaron para justificar este “revival”?

El Ballet Nacional de Cuba reestrenó en el Gran Teatro de La Habana “La Cenicienta”, con Chanell Cabrera (der.) en el protagónico y Bárbara Fabelo, como el Hada de la Justicia. Foto: Jorge Garciandia. Gentileza BNC.

El Ballet Nacional de Cuba reestrenó en el Gran Teatro de La Habana “La Cenicienta”, con Chanell Cabrera (der.) en el protagónico y Bárbara Fabelo, como el Hada de la Justicia. Foto: Jorge Garciandia. Gentileza BNC.

No obstante reconocer sus evidentes debilidades en la dramaturgia; en la frágil elaboración dramática de los personajes (no están delineados con la claridad necesaria a la narración, a pesar que el humorismo en ciertas situaciones estuvo bien dosificado); las pantomimas se mostraron difusas en el trascurso de la trama. Felizmente, los bailarines contribuyeron, con su espontaneidad y frescura.

Sin duda, el virtuosismo técnico que Consuegra otorga a los protagonistas -y a algunos personajes secundarios-, demuestra su fervor y fidelidad al gran Petipa, que es un experto consumado. Un punto que sería un factor de peso para no subestimar esta reposición. Al observar sus variaciones -especialmente las femeninas-, y los pas de deux ejecutados por Cenicienta y el Hada Rava, con sus respectivos partenaires, así como los diseños coreográficos para el cuerpo de baile donde muestra su buen tino en los no pocos valses.
Además, la producción de la puesta en escena está favorecida con la creatividad estilística del afamado diseñador alemán (radicado en Ibiza) Armin Heineman, ora en la escenografía ora en los figurines ambos efectistas por su colorido e inspiración en los “comics” o en las mangas japonesas, deudores del pop-art y de la moda en las pasarelas.

Otro de los factores, tal vez el más notable, fue el conceder las prestaciones de los protagonistas a los jóvenes talentos más promisorios, dentro de los distintos rangos del BNC, los cuales alternaban en las funciones sucesivas. Aquí se pudo admirar el desarrollo artístico y técnico (ya ponderado durante sus recientes presentaciones en el norteño Kenndedy Center), de Chanell Cabrera, como Greta, la cenicienta, y Bárbara Fabelo, en Rava, Hada de la Justicia, así como el primer bailarín de carácter Ernesto Díaz, en una hilarante Leontyne, la travestida madrastra de Greta, evitando caer en vulgaridades gestuales; igualmente tuvieron un pertinente desempeño las hermanastras de Greta, por Adarys Linares y Patricia Santamarina (aunque ambos caracteres no estuvieron bien definidos). Por su parte, Yankiel Vázquez, primer solista que encarnó el rol masculino más importante, el Príncipe heredero Gustav, en general desplegó una discreta interpretación, aunque sorprendió por sus elevaciones en los saltos y los veloces giros, sin descuidar los “épaulements” y las quintas posiciones.

La ausencia de una orquesta en vivo en el foso, se hizo notar. Su presencia hubiera elevado las temperaturas del entusiasmo en el numeroso auditorio que colmó cada noche el importante coliseo capitalino.

Cabe señalar también la brillantez habitual de la “ètoile” Viengsay Valdés, junto al realmente principesco Dani Hernández en la última matinée de esta corta temporada. Esto aconteció la víspera de la partida de Valdés a Japón, donde fue invitada a la Gala de las Estrella del Ballet Mundial en Tokio, en la cual bailará el laureado dueto “Muñecos”, de su compatriota Alberto Méndez.

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