Washington Ballet-Crítica

La ciudad cuenta su Navidad

La compañía dirigida por Septime Webre continúa hasta el 29 de diciembre con “Cascanueces” en el Warner Theatre de DC. El ballet se basa en el cuento de E. T. A. Hoffman, estrenado en 1892 en San Petersburgo, con música de Tchaikovski y coreografía de Marius Petipa.

Deja un comentario Por () | 18/12/2013

El Washington Ballet presenta "Cascanueces", de Septime Webre en el Warner Theatre de Washington, DC. Foto: Paul Zambrana. Gentileza WB.

El Washington Ballet presenta “Cascanueces”, de Septime Webre en el Warner Theatre de Washington, DC. Foto: Paul Zambrana. Gentileza WB.

El “Cascanueces” de Septime Webre no es un “cascanueces” tradicional. Tiene un encanto particular que atrapa, deslumbra y embelesa. Más allá de las repetidas veces que se pueda ver esta versión, siempre produce las mismas y placenteras sensaciones, o diferentes. La puesta es bella por donde se la mire: escenografía de Peter Horne, vestuario de Judanna Lynn e iluminación de Tony Tucci. Ningún detalle está librado al azar.

Todos los años el Washington Ballet (WB), la compañía dirigida por Webre, toma posesión del Warner Theatre de DC y marca su presencia en la ciudad. Esta vez, hasta el 29 de diciembre. Y se hace cargo de este clásico del ballet, estrenado en 1892 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo con música de Piotr Ilich Tchaikovski y coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov. El libreto escrito por Ivan Vsevolozhsky y Petipa, surge de la adaptación de Alejandro Dumas (padre) del cuento “El cascanueces y el rey de los ratones”, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.

En esta versión tan washingtoniana, los niños del primer acto y del segundo son, sencillamente, deliciosos, especialmente los más pequeños. Todos ellos asumen un compromiso indudable ante la responsabilidad que significa para cada uno de ellos formar parte de este “Cascanueces” que es de y para la comunidad.

Hay cerca de cien niños en escena, todos ellos forman parte del semillero de las tres escuelas del WB, a los que se suman los aprendices y los bailarines de la compañía. Cada uno de ellos individualmente aceptan el desafío de contar esta historia con convicción absoluta, y lo logran.

Cerca de cine niños de las escuelas del Washington Ballet participan en "Cascanueces". Foto: Paul Zambrana. Gentileza WB.

Cerca de cine niños de las escuelas del Washington Ballet participan en “Cascanueces”. Foto: Paul Zambrana. Gentileza WB.

“El Cascanueces” del WB se ha convertido, sin duda, en la carta de presentación de la compañía, y en el orgullo de cada uno de los que participan en este tour de force que significa hacer funciones todos los días durante todo diciembre.

Como Clara, Briana Marie Sosa puso un toque de inocencia y frescura, con delicado estilo, cumplió su rol de manera encantadora. Mientras Luis Torres, con sus dotes histriónicas y su espíritu lúdicro compuso un Drosselmeyer adorable y quizás, no tan siniestro como el de otras versiones.

Webre estructura su primer acto basándose en las relaciones personales entre los amigos y la familia, incluye toques de ternura y distracciones naturales, de esas que suceden graciosamente en cualquier noche de Navidad. Y eso, también, forma parte del encanto de este “Cascanueces”, fino, delicado, que incluye la historia de los Estados Unidos y pone en escena una simbólica batalla independentistas (Cascanueces y su ejército de soldados) y monárquicos (el rey ratón, convertido en George III).

Y el mundo de los caramelos se convierte en uno de esos maravillosos refugios naturales que tiene la ciudad de Washington junto al río Potomac. Con los cerezos en flor, Webre evoca una de las épocas primaverales más sublimes de esta ciudad, y la plasma en el Vals de las Flores. Allí también aparecen los insectos, y los animales típicos con los que los ciudadanos se encuentran todos los días.

El Washington Ballet en la producción de "Cascanueces" de Septime Webre. Foto: Tony Brown. Gentileza WB.

El Washington Ballet en la producción de “Cascanueces” de Septime Webre. Foto: Tony Brown. Gentileza WB.

La venezolana Francesca Dugarte y Jared Nelson, asumieron los roles de la reina y el rey de las nieves en el primer acto. Ambos con solvencia y prolijidad se hicieron cargo de un pas de deux atractivo y bien delineado. En el segundo acto, Maki Onuki y Jonathan Jordan fueron el Hada Confite y su caballero. Onuki, con buena técnica hizo un trabajo impecable junto a su partenaire. Una dupla prolija, pero quizás, demasiado distantes emocionalmente entre sí.

Por este “Cascanueces”, también desfilan, sustituyendo los personajes tradicionales del segundo acto, un dúo de indios Anacostia, un pescador chino con un enorme pez de colores, un colonizador con sus acompañantes, y un grupo de cardenales (pájaro que representa al estado de Virginia que forma parte del área metropolitana de Washington). Y en el lugar de la tradicional “Mother Ginger”, Webre incluyó a “Mother Barnum” y un grupo de clowns que salen de un carrusel semejante al que está en el National Mall, construido en 1947.

Con cada uno de estos recursos absolutamente locales, el “Cascanueces” del WB no pierde en ningún momento el rumbo de la historia original. Por el contrario, la respeta a pie juntillas, aún con los cambios de ambientación y ciertas licencias coreográficas.

 

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