Les Ballets Trockadero de Monte Carlo

¡Llegaron las grandes divas!

La troupe integrada solo por hombres, fundada en 1974 en Nueva York, se presentó en el Opera House del Kennedy Center de Washington DC el 21 y 22 de marzo. Dirigida por Tory Dobrin, llevó a escena los súper clásicos del repertorio con un asombroso virtuosismo técnico sobre las puntas.

Deja un comentario Por () | 23/03/2017

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo abrió en el Kennedy Center con el segundo acto de “El lago de los cisnes” una marca registrada de la troupe. Foto: Sascha Vaughan. Gentileza JFKC.

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo abrió en el Kennedy Center con el segundo acto de “El lago de los cisnes”, una marca registrada de la troupe. Foto: Sascha Vaughan. Gentileza JFKC.

Una compañía de ballet clásico formada solo por hombres. Hombres que bailan en zapatillas de punta con tutús y tocados. Hombres que adoptan nombres rusos que podrían sonar familiares, aunque simplemente se parezcan o evoquen a las grandes divas del ballet de principios del siglo XX, cuando Sergei Diaghilev y Colonel Wasily de Basil lideraron las grandes troupes de ballet clásico. Con todo eso, hay un solo nombre: Les Ballets Trockadero de Monte Carlo.

La compañía, que se presentó en el Opera House del Kennedy Center de Washington DC el 21 y 22 de marzo, en parte, hace homenaje con su nombre a aquel memorable ensamble que desde 1932 hasta 1952 creó el Colonel de Basil, llamado Ballets Russes de Monte Carlo. Aquí, las divas son los hombres que asumen roles femeninos con una asombrosa destreza y un especial sentido del humor que deja translucir la trastienda del ballet.

Desde su fundación en 1974 en Nueva York, los Trocks, como suele llamarse a este ensamble dirigido por Tory Dobrin, han logrado rescatar con humor y tono de parodia casi la mayoría de los clásicos. Dotados con un asombroso virtuosismo técnico sobre las puntas, estos hombres que han logrado combinar belleza, humor y perfección, transitan con naturalidad sus roles y dejan surgir su teatralidad a flor de piel, y con casi arrogante desenfado exageran las secuencias narrativas, los accidentes, y las incongruencias de las coreografías.

“Don Quijote”, con Chase Johnsey como Kitri y Paolo Cervellera en el rol de Basilio fueron los protagonistas de esta versión de los Trocks. Foto: Zoran Jelenic. Gentileza JFKC.

“Don Quijote”, con Chase Johnsey como Kitri y Paolo Cervellera en el rol de Basilio fueron los protagonistas de esta versión de los Trocks. Foto: Zoran Jelenic. Gentileza JFKC.

Ya en el programa de mano los Trocks comienzan a dar un panorama claro de lo que se puede esperar del show. Una descripción alucinante de las biografías de cada una de las integrantes, cuyos dramas personales ya son parte de la sátira, antes de comenzar a bailar. Y una voz en off que anuncia los cambios en el repertorio, anticipa al público que “todas las bailarinas están de buen humor hoy”, en referencia a los constantes cambios de ánimo que, según los mitos y estereotipos populares, suelen y solían tener las “prima ballerinas”.

El programa abrió con un clásico de los clásicos: el segundo acto de “El lago de los cisnes”. Cisnes con guantes blancos y en tutús románticos. Odette, magnífica Nadia Doumiafevya (Philip Martin-Nielson) y un Sigfrido, Boris Mudko (Giovanni Ravelo) que solo acompaña a la arrasadora Odette, quien termina escapando con Von Rothbart, Jaques d’Aniels (Joshua Thake). Von Rothbart mata a Sigfrido y Benno, Innkenti Smoktumuchsky (Carlos Hopuy) queda desconsolado en el medio del bosque.

Otro de los hits de los Trocks, que se repite a lo largo de los años, y que cada vez es diferente, es la estupenda caricatura de los “Cuatro cisnes” con sus movimientos de cabeza, sus discordancias, sobreactuaciones y hasta el refinado detalle que muestra la psicología estereotipada de las bailarinas que, aun en un cuadro de conjunto, tratan de sobresalir a toda costa. Fantástico.

Tras “Lago…”, en la segunda parte, se presentaron otros dos súper clásicos: el pas de deux de “El Corsario” y el pas de six de “La Esmeralda”. En el primero, hubo más perfección que parodia, si bien es una pieza que se presta para las exageraciones. Nina Enimenimynimova (Long Zu), como Medora, hizo un trabajo extraordinario con perfectos equilibrios y fouettes dobles que hicieron bramar al público. Y en Esmeralda, Nina Immobilashvilli (Alberto Pretto) y Jacques d’Aniels hicieron una graciosa parodia, rodeados de gitanas que adivinaban la suerte. Y aunque no figuraba en el programa de mano, esa segunda parte cerró con otra de las cartas de presentación de los Trocks, “La muerte del cisne”. Primero, un haz de luz busca infructuosamente a la gran “diva” que, finalmente aparece desparramando plumas por todos lados. Plumas que caen como una lluvia constante desde su tutú. Duane Gosa, bajo el nombre de Helen Highwaters hace un muy buen trabajo, quizás, demasiado perfecto y sobrio, tratándose de un clásico de esta naturaleza.

Para el final quedó “Don Quijote”, nada más ni nada menos. Una versión resumida y sintetizada con algunos cambios de personajes. El padre de Kitri, por ejemplo, se convierte en madre, y Don Quijote y Sancho Panza no aparecen. Esta Kitri (Chase Johnsey) de los Trocks encontró el encanto y la picardía para manejar la escena con habilidad y gracia, junto a un simpático Basilio (Paolo Cervellera). Kitri, Yakatarina Verbosovich, captó la escena con sus equilibrios perfectos, su dominio corporal, sus cuidados brazos, y sus deslumbrantes dobles fouettes. Un final a toda pompa.

Los Trocks, una compañía de hombres que bailan en punta y hacen una parodia del ballet y sus grandes divas. Foto: Zoran Jelenic. Gentileza JFKC.

Los Trocks, una compañía de hombres que bailan en punta y hacen una parodia del ballet y sus grandes estrellas. Foto: Zoran Jelenic. Gentileza JFKC.

 

 

 

 

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