
El Birmingham Royal Ballet sube al escenario del Opera House “Black Sabbath – The Ballet”. Foto: Johan Persson. Gentileza JFKC.
Dieciséis bailarines vestidos de negro abren el espectáculo. La voz en off de Ozzy Osbourne impregna la escena con “War Pigs”. A partir de ahí, danza y música alcanzan momentos electrizantes, clímax sucesivos, e intensa teatralidad. Una fusión explosiva sustentada por la coreografía de Raúl Reinoso. Casi sin aliento, el público del Opera House del Kennedy Center, asistió, como en misa a este encuentre entre la danza clásica y el heavy metal.
El Birmingham Royal Ballet, que se presenta en Washington DC desde el 4 al 7 de junio hizo su primer y gran debut en la capital de Estados Unidos con “Black Sabbath – The Ballet”. Esta obra en tres actos compuesta por tres coreógrafos distintos, Raúl Reinoso, Cassi Abranches y Pontus Lidberg, logra una amalgama perfecta y contundente. Con una deslumbrante puesta de luces y una escenografía minimalista, la compañía dirigida por el cubano Carlos Acosta, presenta un espectáculo audaz, innovador y transgresor.

Un pas de deux con un beso constante en el Acto I, creado por el cubano Raúl Reinoso. Foto: Johan Persson. Gentileza JFKC.
Este ballet rinde homenaje a la icónica banda originaria de Birmingham, Black Sabbath, cuyos integrantes fundadores, Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, revolucionaron la música.
El Acto I, “Heavy Metal Ballet”, de Reinoso, adquiere un tono sombrío y subyugante que, por momentos, evoca la atmósfera opresiva de las escenas de las brujas en “Macbeth”. En este acto aparecen fragmentos y símbolos de las primeras obras de Black Sabbath: “War Pigs”, “Iron Man”, “Paranoid”, Sabbath Bloody Sabbath”, por momentos encarnadas por dos bailarines unidos en un beso eterno, o un solo masculino sobre zapatillas de puntas. Todo un desafío que funciona a la perfección.

Con coreografía de la brasileña Cassi Abranches, el Acto II: “The Band”, reúne testimonios de los músicos de Black Sabbath. Foto: Johan Persson. Gentileza JFKC.
Sobre la oscuridad del escenario: seis barras horizontales de luz de neón. Como si fueran las seis cuerdas de una guitarra. estrechas y de aspecto neón, iluminaban el escenario. Interpreté estas luces como una representación de las seis cuerdas de una guitarra. Voces en off. Los miembros de la banda relatan esos momentos que fueron hitos irrevocables del grupo, las crisis, los accidentes. Y un comienzo reflexivo, casi confesional, abre el Acto II: “The Band”, con coreografía de la brasileña Cassi Abranches. Vestidos con estilo casi urbano, los bailarines transitan por esos años ’70 en los que el mundo se sacudía por cambios radicales.
El Acto III, “Everybody is a Fan”, está marcado por la aparición de una niebla espesa que flota sobre el escenario mientras deja ver un demonio alado sobre un auto metálico volcado como si hubiese sufrido un accidente. La coreografía del sueco Pontus Lidberg integra a los bailarines con ese auto y ese demonio. Ellos son los encargados de desplazarlo. En una contraposición de climas, algunos callejeros y festivos y otros amenazantes, tanto, como la figura de ese horrible ser con alas metálicas en medio de un escenario desnudo, despojado de bambalinas, metido en el back stage. Y desde el techo, o quizás desde el cielo, fueron subiendo y bajando lunas circulares que podrían asociarse con discos de vinilo. Entre el ballet, la danza contemporánea y la danza callejera, los bailarines alternaron secuencias que tuvo como corolario la reaparición de la guitarra que había surgido en el primer acto.
“Black Sabbath – The Ballet” es una obra osada que no pretende ser una biografía de una banda, simplemente, un homenaje a la música, a sus creadores. Y como homenaje, es una obra que se toma todas las licencias poéticas posibles y todas las libertades que ofrece la creación. Pero especialmente, cuando esa creación rompe con lo predecible y da paso a la emoción y a la belleza.

El Acto III, “Everybody is a Fan”, del sueco Pontus Lidberg propone estilos de danza diferentes. Foto: Johan Persson. Gentileza JFKC.