Danza Contemporánea de Cuba

La realidad golpea sin piedad

A comienzos de agosto la compañía que dirige el ex bailarín Miguel Iglesias, anunció el estreno de un nuevo título para su repertorio: “La segunda piel”. Un estreno mundial del joven y talentoso coreógrafo cubano Julio César Iglesias que se transforma en una metáfora de la realidad.

Deja un comentario Por () | 05/09/2018

Danza Contemporánea de Cuba, presentó “La segunda piel”, de Julio César Iglesias, en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Foto: Adolfo Izquierdo.

Danza Contemporánea de Cuba, presentó “La segunda piel”, de Julio César Iglesias, en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Foto: Adolfo Izquierdo. Gentileza DCC.

Danza Contemporánea de Cuba, la compañía que hace más de tres décadas dirige el ex bailarín Miguel Iglesias (Premio Nacional de Danza), anunció el estreno de un nuevo título para su repertorio. Provenga de la creatividad local o foránea, cada nueva presentación provoca una sensación de inquietante asombro. Es el caso ahora de “La segunda piel”, del joven y talentoso coreógrafo cubano Julio César Iglesias. Una intrigante y polisémica pieza de poco más de 50 minutos para 13 bailarines de ambos sexos, con la participación fundamental del reconocido músico alemán Inhalt Der Nacht, presentada solamente un fin de semana en el prestigioso escenario de la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Sendos creadores se afanan en entregarnos, en imágenes fragmentadas bajo códigos posmodernos, con la evidente influencia de las nuevas tendencias de danza germánicas, una metáfora agónica de las realidades contemporáneas que agreden y contaminan “nuestra casa común” (como califica el papa Francisco al planeta que vivimos). La multiplicidad de temas -abordados con pasión y desparpajo- que agobian los niveles sociales, ambientales y espirituales.

Esa “segunda piel” de los seres humanos del siglo XXI aflora, en los bailarines-actores manipulados diestramente por Iglesias, como bofetadas directas al espectador: las adicciones a la droga; la violencia de género; los abusos sexuales; los dobles raseros en las relaciones humanas; el abuso de poder; la homofobia, entre otras miserias que nos afligen. Recordemos lo que nos dice el evangelista Marcos: “…lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella”.

“La segunda piel” es una obra para 13 bailarines de ambos sexos, con la participación del músico alemán Inhalt Der Nacht. Foto: Adolfo Izquierdo. Gentileza DCC.

“La segunda piel” es una obra para 13 bailarines de ambos sexos, con la participación del músico alemán Inhalt Der Nacht. Foto: Adolfo Izquierdo. Gentileza DCC.

Impactante fue el “opening”, apenas abierto el telón, dos bailarines se instalan en el proscenio, uno en cuclillas y el otro de pie de espaldas al público, acto seguido, el primero baja los pantalones y el slip al que está parado, se lo coloca sobre sus rodillas y comienza a ejecutar una rumba utilizando sus glúteos como si fuera un bongó (instrumento cordófono de origen africano), y entonces el Dj inicia sus frases electrónicas. Las carcajadas de la audiencia fueron sonoras también.

Julio César Iglesias, actualmente, es coreógrafo residente de DCC y en Alemania, del Tanzhaus NRW de Dusseldorf. En el tránsito de su carrera como creador ha sido premiado en varias ocasiones y ha trabajado en proyectos con diversas personalidades internacionales de la danza, tales como Wim Vandekeybus, Susana Linke, Samir Akika o Helder Seabra, entre otros.

El autor alemán de la música, quien la ejecuta en vivo desde una tribuna-consola ad hoc en un lateral del escenario, se desempeña como productor desde hace ocho años, ha grabado ocho discos con grandes casas discográficas, como Seelan, Interstate Records, Modul, así como la realización de “remixes” con otras productoras. Su calificación técnica alcanzó niveles inesperados en breve tiempo, al punto que sus “tracks” son tocados además por grandes DJ´s en importantes clubs europeos.

Sobre la puesta en escena pudiera señalar, antes que todo, la afortunada posibilidad de contar con importantes recursos escenográficos y de luces (diseños del propio César Iglesias): una especie de diorama similar a una plaza de toros, con una puerta central polisémica, según lo requerido por la dramaturgia asignada a los danzantes que la atravesaban. Todo funcionó con eficacia de efectos escénicos, hasta lograr un final impactante, con el resultado deseado: aplausos cerrados en pie, la noche del estreno.

Tras un prolongado intermedio, el programa cerraba cada noche con la reposición de una lograda y bien recibida coreografía de George Cespedes, “Identidad menos 1”, una pieza coral para una veintena de espléndidos bailarines de ambos sexos, en la que se destacan las prestaciones de Arelys Hernández, Arletis Viera, Lilliet Orozco, Alejandro Miñoso, Heriberto Meneses, José Elías entre otros. La música es un factor imprescindible para el éxito de esta pieza, compuesta por Alexis de la O Joya y Edwin Casanova, y el aporte del diseño de luces por Fernando Alonso.

 

 

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