Acosta Danza

Desafía la furia de “Irma”

La compañía dirigida por Carlos Acosta comenzó su temporada en Cuba después del paso del huracán, y continúa su gira por diferentes ciudades del Reino Unido. Luego viajarán a Alemania, Austria y Turquía. Uno de los estrenos mundiales fue “Imponderable” del coreógrafo Goyo Montero.

Deja un comentario Por () | 01/10/2017

Acosta Danza presentó el dúo “Nosotros”; concebido por Beatriz García y Raúl Reynoso, con música de José Víctor Gabilondo. Foto: Yuris Nórico. Gentileza AC.

Acosta Danza presentó el dúo “Nosotros”; concebido por Beatriz García y Raúl Reynoso, con música de José Víctor Gabilondo. Foto: Yuris Nórico. Gentileza AC.

Nuevamente, el notable bailarín Carlos Acosta desafía a los demonios tropicales de las calientes aguas del Mar Caribe, esta vez, uno bautizado con nombre de mujer, Irma, y supera el reto. Este poderoso huracán desataba su furia sobre las vulnerables islas caribeñas el mismo día 8 de septiembre, elegido para iniciar una temporada con la compañía Acosta Danza –que recién fundó y dirige artísticamente- en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en el escenario de su Sala principal García Lorca sede cubana de sus grandes éxitos.

Por ello, debió reprogramarla para la siguiente semana, pero con la cancelación del estreno mundial de “Mermaid” del coreógrafo belga de origen marroquí Sidi Larbi Cherkaoui, creado para el propio Acosta, quien estaría acompañado por Marta Ortega, miembro del cuerpo de baile de su agrupación con sede en la capital cubana. Esta pieza tuvo su estreno en Londres, durante las presentaciones en el Sadler´s Wells desde el 27 al 30 de septiembre (posteriormente, viajarán a Alemania, Austria y Turquía). A su retorno a la isla, el bailarín-director y su compañía se verán implicados de lleno en el filme que rodará en Cuba la cineasta ibérica Icíar Bollaín, basado en el libro autobiográfico “No Way Home”, durante noviembre y diciembre.

Otro estreno mundial anunciado sí pudo estrenarse: “Imponderable” del coreógrafo español Goyo Montero, el cual consiguió éxito de público empero la crítica se mostró reticente. La obra contó con una baza a su favor en la elección de su soporte musical, debido al atractivo local de las canciones del afamado cantautor cubano Silvio Rodríguez (recientemente ovacionado en las jornadas del festival estival al aire libre en el neoyorquino Central Park).

Los temas escogidos por Montero, fanático del trovador en su adolescencia, fueron elaborados musicalmente por el compositor canadiense Owen Belton, utilizando con eficacia recursos electroacústicos en intervalos interrumpidos por las declamaciones de los textos en la voz atiplada del propio Rodríguez (sin duda cargados de grandes valores poético-metafóricos, al nivel tal vez de las creaciones del premio nobel Bob Dylan). ¿Y de la danza qué? Montero explica tesis a la hora de escoger el título de “Imponderable”: “es una reflexión sobre lo incomprensible, lo indescriptible y lo que no podemos medir: el peso del alma, el espíritu”.

El estreno mundial de “Imponderable” del coreógrafo español Goyo Montero tuvo buena recepción de parte del público. Foto: Yuri Nórido. Gentileza AD.

El estreno mundial de “Imponderable” del coreógrafo español Goyo Montero tuvo buena recepción de parte del público. Foto: Yuri Nórido. Gentileza AD.

Ciertamente, si de filosofía se trata, resulta más difícil su traslado a los movimientos e imágenes, con los recursos coreográficos del posmodernismo y el minimalismo, apoyados por su colaborador en el diseño de luces, el muy reconocido Olaf Lundt. Ha diseñado una especie de “non-iluminación”, con reiterativos blackouts y humaredas provocadas por los aparatos ambulatorios, manipulados por ciertos danzantes, todos con un vestuario de tonalidades oscuras, para acentuar las indefiniciones de lo “imponderable” de este trabajo coral de ocho bailarines en 24 minutos.

Medularmente subliminal, Montero pretende acercar los discursos poéticos del trovador para entregarlos con una visión nueva y trascendente, y al decir del coreógrafo, “acercarlo a lo universal” al desvestirlo de todo clisé.

Este programa -dividido en dos partes- se completó con otras piezas bailadas ya estrenadas por Acosta Danza, algunas creadas especialmente para la agrupación, como “Belles Lettres” de Justin Peck sobre una seductora música de cámara neoclásica de César Franck y el espléndido vestuario diseñado por el taller Reid and Harriet resaltado por la iluminación producida por Mark Stanley. Los solistas se alternaban cada dos noches, aportando sus acentos y personalidades diversas “sui generis”, desvelando nuevas facetas de la escritura coreográfica de Peck.

La siempre agradecida reposición del dúo masculino “El cruce sobre el Niágara” de Marianela Boán, según la narración homónima del dramaturgo peruano Alonso Alegría con el magnífico soporte musical del desaparecido compositor francés Olivier Messiaen. Contó con cuatro intérpretes de lujo, con exuberantes físicos y seducción carismática en su masculinidad peculiar, como resultaron las entregas de Carlos Julio Blanco con Alejandro Silva; así como Julio León y Mario Sergio Elías (todos ex solistas de Danza Contemporánea de Cuba).

Luego vino el remplazo de “Mermaid”: el dúo “Nosotros”; concebido por dos bailarines de la compañía devenidos coreógrafos, Beatriz García y Raúl Reynoso, quienes tuvieron la fortuna de contar con el talentoso joven compositor José Víctor Gabilondo para realizar su soporte musical adecuado. Excelentes interpretaciones de Marta Ortega y Javier Rojas (un idiosincrático bailarín de formación clásica y versátil). Esta miniatura coreográfica se engrandeció con las brillantes ejecuciones en vivo del cellista Alejandro Martínez y la pianista Lianne Vega.

Temporada de primavera de Acosta Danza en el Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso. con ¨Belles Lettres¨ de Justin Peck. Fotos: Enrique Smith Soto. Gentileza AD.

Temporada de primavera de Acosta Danza en el Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso. con ¨Belles Lettres¨ de Justin Peck. Fotos: Enrique Smith Soto. Gentileza AD.

El espectáculo concluyó con “Twelve”, creación del español Jorge Crecis (varios años afincado en Reino Unido), con música original electrónica del compositor italiano Vincenzo Lamagna. Es una coreografía coral que está enfocada en el despliegue de las energías, dinámicas y exigencia física de doce bailarines de ambos sexos, calificada por el propio Crecis como una pieza de danza-deporte. Un universo regulado por complejas permutaciones matemáticas y gráficas, “que pone a prueba la resistencia física y mental” de los ejecutantes lúdicos. Sin duda, esto es en síntesis una combinación de lógica, estética y emoción, empero no siempre bien acogida por el público más aficionado a lo tradicional.

“Twelve” es una re-creación exclusiva para Acosta Danza a partir de la pieza denominada “36”, creada en 2011 para la compañía Edge y estrenada en 2012 en la escena londinense de la Royal Opera House.

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