Día Internacional de la Danza 2017

La Habana en acción

Lo mejor de la danza cubana, en todos los géneros y modalidades, y las más importantes compañías del país. En la gala del 29 de abril se entregó el Premio Nacional de Danza al maestro Manolo Micler, ex bailarín, coreógrafo y director artístico del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba.

Deja un comentario Por () | 15/05/2017

El dúo homo-erótico de Marianela Boán “Cruce sobre el Niágara”, de 1987, presentado por Acosta Danza se ha convertido en “un clásico” de la danza contemporánea cubana. Foto: Yuris Nórido. Gentileza AD.

El dúo homo-erótico de Marianela Boán “Cruce sobre el Niágara”, de 1987, presentado por Acosta Danza se ha convertido en “un clásico” de la danza contemporánea cubana. Foto: Yuris Nórido. Gentileza AD.

El mes de abril, en esta ocasión, no fue “el más cruel” -al decir del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante-, fue el del inmenso placer artístico y espiritual ofrecido por lo mejor de la danza cubana, en todos los géneros y modalidades ejecutorias por las más importantes compañías del país, y por supuesto sus talentosos intérpretes.

Momento culminante de esta especial temporada anual lo constituyó  la gala del 29 de abril en el acogedor coliseo capitalino “Mella”, donde se entregó el Premio Nacional de Danza al maestro Manolo Micler, ex bailarín, coreógrafo y director artístico (por varias décadas) del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba (CFN), concedido por un jurado integrado por prestigiosos especialistas y premios nacionales, presidido en esta ocasión por su colega y laureado Alberto Méndez, destacó su esforzada trayectoria, diversos méritos y sobresalientes creaciones para la escena nacional.

Fundador de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes de La Habana, Micler –desde su vinculación como bailarín del CFN en la década del 60 del siglo pasado-, “se ha distinguido, según el acta de premiación, por su constancia empeño y vocación creadora en pos de lo mejor de nuestras proyecciones musicales y de danza con inspiración folclóricas. Ha trabajado en varios países del planeta…y ha alcanzado merecidos lauros y reconocimientos por su importante labor”.

Las celebraciones de esta fecha elegida en los 70 de la pasada centuria por UNESCO – un 29 de abril nació Georges Noverre- , estuvieron calzadas por el Mensaje que cada año se encarga a una gran personalidad de la profesión, en este caso correspondió a la coreógrafa y bailarina norteamericana Trisha Brown, pero la muerte le llegó antes, el 18 de marzo, para que pudiera leerlo. A los 80 años, desaparece uno de los pilares de la danza contemporánea y posmoderna, una de las artistas más influyentes de la escena global.

En su “mensaje”, nos ha dejado un precioso legado de conceptos y principios de suma importancia, el cual nos mantendrá reflexionando por mucho tiempo. “La danza, dice, transmite y expande el lenguaje universal de la comunicación, dando lugar al nacimiento de la alegría y la belleza, y al progreso del conocimiento humano. La danza es la capacidad de crear… una y otra vez…en el pensamiento, en el proceder, en el hacer, y en la interpretación”. Y termina proféticamente: “La vida de un artista no concluye con la edad, como sostienen algunos críticos. La danza está hecha de gentes y de ideas. El público puede llevarse a casa el impulso creativo y ponerlo en práctica en la vida diaria”.

Antes de la gala  del 29 de abril, en el mismo escenario, se organizó una jornada de tres noches consecutivas donde mostraron su buen quehacer las agrupaciones danzaras habaneras profesionales, además contó con presentaciones de la camagüeyana Compañía folclórica Camagua. La organización y coordinación de estos eventos fueron ejecutados por los especialistas correspondientes del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la Casa provincial de la Danza, y el apoyo de otros departamentos de Ministerio cubano de cultura.

Temporadas de Acosta Danza y el Ballet Nacional de Cuba

Acosta Danza estrenó en Cuba de “Belles-Lettres” (2014), una obra de Justin Peck, joven bailarín y coreógrafo residente del New York City Ballet. Foto: Yuris Nórido. Gentileza AD.

Acosta Danza estrenó en Cuba de “Belles-Lettres” (2014), una obra de Justin Peck, joven bailarín y coreógrafo residente del New York City Ballet. Foto: Yuris Nórido. Gentileza AD.

Dos pesos pesados entre los conjuntos locales, el Ballet Nacional de Cuba y la joven compañía Acosta Danza, subieron nuevamente a la prestigiosa escena García-Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, ofreciendo funciones dos fines de semana con todas las capacidades cubiertas. La primera de ellas, bajo la dirección artística de Alonso, eligió un variado programa de concierto que incluyó las piezas más exitosas estrenadas en el pasado festival internacional de ballet de La Habana, como “Cygne”, de Daniel Proietto, interpretado con pasión, convicción y carisma por la bailarina Daniela Gómez, en su posmoderna evocación del icónico  clásico de Fokine-Pavlova; “Oscurio” de Anabel López-Ochoa, con patrocinio de los British Friends de la BNC, y ejecutado por la virtuosa Viengsay Valdés y solistas del cuerpo de baile; y la lírica miniatura romántica “Invierno” en una entrega estilística notable de la escritura coreográfica de la bisoña Ely Regina (la elección musical no nos parece la más pertinente aquí).

El espectáculo abrió con “Un concierto en blanco y negro”, del desaparecido coreógrafo portorriqueño José Parés, que permaneció por varias décadas en el repertorio pasivo del BNC, con la feliz excepción de Sadaise Arencibia, el bisoño grupo de solistas y cuerpo de baile no contribuyó al disfrute de esta exquisita pieza, tan exigente en la musicalidad y la gestualidad apegada al estilo más clasicista del academicismo técnico, si tenemos en cuenta la autoría del soporte musical : el Concierto en Re mayor para piano y orquesta de Joseph Haydn.

El eminente bailarín Carlos Acosta, en su función primera como fundador-director artístico de Acosta Danza, también repone obras recientes y otras menos que ingresaron a su repertorio, empero nos regaló con el estreno en Cuba de “Belles-Lettres” (2014), una de las mejores creaciones de Justin Peck, joven bailarín y coreógrafo residente del New York City Ballet. Esto ha sido posible gracias al apoyo del Cuban Artist Fund y Bespoke, según aparece indicado en el lujoso programa de mano.

El Ballet Nacional de Cuba puso en escena varias de las obras de su repertorio, con la participación de toda la compañía. Foto: Nancy Reyes. Gentileza NR.

El Ballet Nacional de Cuba puso en escena varias de las obras de su repertorio, con la participación de toda la compañía. Foto: Nancy Reyes. Gentileza NR.

Con el soporte musical de una rara pieza cameral del decimonónico compositor César Franck (Lieja 1822-París 1899): Solo de piano con acompañamiento de un quinteto de cuerdas, Peck se ha inspirado para crear este neoclásico “Belles Lettres”, pues según afirma sus coreografías parten de la música, y el estilo es muy afín al de su compañía neoyorkina: rápido, enérgico, atlético, con marcados contrastes de dinámicas – se sabe que su entrenamiento primario proviene de la tap dance-, por lo tanto en su obra esto se refleja en cuanto al ritmo y “timing”, sin duda sincopado. En sus ballets, y este es prueba de ello, trabaja como un artista artesanal, no uno experimental, es decir, que intenta producir el efecto coherente de un cineasta. Este es el séptimo ballet que creó para el NYCB –aunque el más solicitado ha sido “Año del Conejo” del 2012-, desde su ingreso en 2009. Ya en 2016, estrenó su décima creación “La cosa más increíble”, y está en gran demanda global por las más importantes compañías de ballet de su país y de Europa.

Para revisar el montaje llegó a la capital cubana Jared Angle, uno de los bailarines del elenco de estreno, y después de verlo bailado por los cubanos de este conjunto, quedó sorprendido de su capacidad técnica e interpretativa, y de la excelente transmisión de la pieza mediante una copia en DVD, labor realizada por la experimentada “ballet mistress” Clotilde Peón, con un elenco de nueve bailarines –cuatro parejas y un solista-, al descifrar una estructura compleja, regulada por los códigos del ballet, por una serie de ejecutantes formados en otras técnicas contemporáneas, en particular el solista en vimos, Mario Sergio Elías. Vestuario y luces de los diseñadores Reid and Harriet, y Mark Stanley, respectivamente, lograron la atmósfera propia de la intimidad requerida por “el universo lírico de la literatura”, sustento de la danza en esta obra de Peck.

Otras piezas desfilaron con mayor o menor éxito. Dos con todo el conjunto: “Twelve” de Jorge Crecis y “De Punta a Cabo” de Alexis Fernández (Maca),con positivos reajustes, y el dúo homo-erótico de Marianela Boán “Cruce sobre el Niágara”, de 1987,convertido por su vigencia artística y humana en “un clásico” de la danza contemporánea cubana, punto álgido de la función a la que asistimos, se destacó por la vehemencia poética puesta en los efectos musculares controlados en extremo de sus protagonistas, en este caso Raúl Reinoso y Julio León. Finalmente, un esperado plato fuerte de este programa, la presencia abrumadoramente carismática de Carlos Acosta en su particular entrega del solo “Two” creado por Russell Maliphant, en 2004, para Sylvie Guillem, ulteriormente reinterpretada por varios estelares bailarines. Un verdadero “tour de force” para Acosta, en esto momentos de su carrera como gran “danseur”. Allí estaba prodigiosamente torso y pies desnudos, iluminado  únicamente por una luz cenital al  centro del inmenso escenario oscuro. Las ovaciones no se hicieron esperar.

XXII Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos

Danza-Teatro Retazos, que celebra sus 30 años, participó con otra edición del festival de Danza en paisajes urbanos, Habana Vieja, Ciudad en Movimiento. Fotos gentileza Rotazos.

Danza-Teatro Retazos, que celebra sus 30 años, participó con otra edición del festival de Danza en paisajes urbanos, Habana Vieja, Ciudad en Movimiento. Fotos gentileza Rotazos.

Como cada año en primavera, la compañía Danza-Teatro Retazos –cumpliendo su aniversario 30-, acomete el maratónico festival de danza en paisajes urbanos, Habana Vieja, Ciudad en Movimiento, el cual alcanza la considerable cifra de vigésimo segunda edición, con una abundante respuesta a su convocatoria. Más de 40 representantes de unos 15 países y una docena de agrupaciones de siete provincias del país anfitrión invadieron plazas, parques, museos y calles del Centro Histórico habanero clasificado por UNESCO en 1982, Patrimonio arquitectónico de la humanidad. Paralelamente, se desarrolló el nutrido e interesante programa de la duodécima edición del Festival internacional de videodanza/DVDanza, con su concurso, cuyo jurado haría las valoraciones pertinentes de la decena de proyectos presentados por creadores de varios sitios del planeta.

Estas siete jornadas concluyeron con el consabido éxito popular-gracias al patrocinio del ministerio cubano de cultura, la Oficina del Historiador de la Ciudad, embajadas extranjeras acreditadas en Cuba y varias firmas comerciales foráneas afincadas en la isla- al conseguir el acercamiento de la danza a sus habitantes de la comunidad y a sus visitantes ocasionales, al tiempo que logra revalorizar el patrimonio arquitectónico con las creaciones inspiradas en esos espacios, a partir de un lenguaje universal.

Encuentro de Academias de Ballet y Concurso internacional para estudiantes de ballet
Igualmente, la Escuela Nacional de Ballet realizó – del 8 al 19 de abril- la edición XXIII de su evento bienal “Encuentro internacional de Academias para la Enseñanza del Ballet, conjuntamente con su IV Concurso internacional infantil y el XIV Concurso internacional para jóvenes estudiantes de ballet, siempre bajo la presidencia de la Maestra Dra. Ramona de Sáa Bello. En esta ocasión, la participación foránea fue elevada y diversa proveniente de Estados Unidos, México, Argentina, Italia, Brasil, Australia, Noruega, entre otros.

Nueva Creación del Proyecto Islas Creativas

La coreógrafa británica Fleur Darkin, directora artística del Scottish Dance Theatre, ha creado una nueva pieza para la compañía Danza Contemporánea de Cuba como resultado de la colaboración con el British Council –por intermedio de su representación en capital cubana-, a través del proyecto “Islas Creativas”, e igualmente impartió talleres para los propios bailarines del conjunto cubano.
Este intercambio cultural cubano-británico es parte de la segunda etapa de este proyecto de creación coreográfica que mantiene la más importante compañía de danza de vanguardia en la Mayor de las Antillas con la institución cultural británica, a partir del cual han surgido obras notables de creadores como Cathy Marston, Rafael Bonachela, Billie Cowie o Theo Clinkard.

Además de Darkin, estuvieron invitados a trabajar en los estudios de DCC los bailarines y coreógrafos de Trinidad y Tobago Sonja Dumas y Dave Williams, quienes se unieron a las experiencias que proponía la creadora británica, en “su muy particular fórmula de transmitir la danza y su relación entre el cuerpo, la mente y el movimiento”.

Considerada por la crítica como “la coreógrafa más teatral de la nueva ola británica”, tuvo el Teatro Nacional un encuentro íntimo y franco con la prensa especializada. En cuanto a sus criterios sobre la danza en la actualidad expresó que “está a menudo muy polarizada (…) una preocupada en desafiar la gravedad, elevar el cuerpo y el espíritu, los estiramientos…otra es la que viene de nuestras entrañas”. “Estoy emocionada e intimidada por trabajar con una compañía –la vi en Edimburgo en 2016-, que domina bien las líneas dramáticas que surgen del interior de sus cuerpos, están siempre inspirados y desarrollan sin inhibiciones temas escabrosos, por ejemplo los eróticos”. En este 2017, dijo, es necesario tener mucho coraje para defender lo que uno cree.

Fleur Darkin y su compañía anfitriona prometen estrenar la pieza que nacerá de este “laboratorio de creación”  para el próximo noviembre, y llevará por título “Equilog” (término que define el período justo antes de que el día y la noche alcancen la misma duración temporal).

Podrán constatar que este cronista, aunque asumió el reto de asistir a una gran parte de los eventos programados, no le fue posible lograrlo pues todavía no posee el don de la ubicuidad.

 

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