Ballet Across America I

De aquí y de allá

El ciclo volvió al Opera House del Kennedy Center desde el 17 al 23 de abril, con una propuesta que apuesta a la diversidad. La curaduría estuvo a cargo de Justin Peck, coreógrafo y bailarín del New York City Ballet, y de Misty Copeland, principal del American Ballet Theatre.

Deja un comentario Por () | 25/04/2017

El  Nashville Ballet llevó al Kennedy Center "Concerto", de Paul Vasterling, estrenada en 2014, en Nashville. Foto: Teresa Wood. Gentileza JFKC.

El Nashville Ballet llevó al Kennedy Center “Concerto”, de Paul Vasterling, estrenada en 2014, en Nashville. Foto: Teresa Wood. Gentileza JFKC.

Después de cuatro años de ausencia, Ballet Across America volvió al Opera House del Kennedy Center, esta vez, con una propuesta que apuesta a la diversidad de géneros y contenidos. La curaduría de este proyecto estuvo a cargo de Justin Peck, coreógrafo y bailarín del New York City Ballet (NYCB), y de Misty Copeland, principal del American Ballet Theatre (ABT). Ambos optaron por una selección ecléctica en la que se funde lo clásico y lo contemporáneo.

Y tal como ocurrió en ediciones anteriores esta muestra, que reúne compañías de distintas partes del país, duró una semana, desde el 17 al 23 de abril. El programa formó parte de “A Centennial Celebration of John F. Kennedy”, que realiza el Kennedy Center durante 2017 como homenaje a los cien años del nacimiento del ex Presidente de los Estados Unidos. La propuesta estética Ballet Across America permite advertir la diversidad de caminos que conducen a los bailarines a expresar su propia libertad creativa.

Después de una noche de apertura en la que participaron invitados especiales y hubo dos estrenos mundiales: uno de ellos un cortometraje de Ezra Hurwitz y un nuevo ballet, “Garden of Dreams”, de Jeremy McQueen.

 "Madiba", de Jeremy McQueen, por The Black Iris Project, es un homenaje a Nelson Mandela. Foto: Teresa Wood. Gentileza JFKC.

“Madiba”, de Jeremy McQueen, por The Black Iris Project, es un homenaje a Nelson Mandela. Foto: Teresa Wood. Gentileza JFKC.

En la función del 19 de abril, curada por Copeland, subieron a escena tres compañías que hicieron su debut en el Kennedy Center, el Nashville Ballet, dirigido por Paul Vasterling; Complexions Contemporary Ballet, con dirección de Dwight Rhoden y Desmond Richarson, y The Black Iris Project, conducido por Jeremy McQueen.

“Now More Than Ever”, el corto dirigido por Ezra Hurwitz, protagonizado por Stella Abrera, Isabella Boylston, Marcelo Gomes, Calvin Royal III y James Whiteside abrió el programa. Realización bella y poética filmada en diferentes lugares del Kennedy Center, con música de Aaron Roche. Una exploración del movimiento a través de distintos espacios no convencionales donde los bailarines van explorando posibilidades y dinámicas.

El  Nashville Ballet, trajo una obra de su director, estrenada en 2014, en Nashville, sobre el “Concierto para piano y orquesta” de Ben Folds, interpretada por el pianista Joel Ayau y la Kennedy Center Opera House Orchestra, bajo la batuta de Nathan Fifield. La partitura, comisionada por el Nashville Ballet, la Nashville Symphony y la Minnesota Orchestra, lleva el sello indiscutible de Vasterling. Líneas de extrema perfección permiten descubrir una troupe de excelentes bailarines, de sólida y refinada técnica.

"Star Dust", una coreografía de Dwight Rhoden sobre canciones de David Bowie, interpretada por Complexions Contemporary Ballet. Foto: Teresa Wood. Gentileza JFKC.

“Star Dust”, una coreografía de Dwight Rhoden sobre canciones de David Bowie, interpretada por Complexions Contemporary Ballet. Foto: Teresa Wood. Gentileza JFKC.

Esta obra, en la que los bailarines se comportan como instrumentos de una orquesta, capaces de jugar entre la solemnidad y la frescura, apunta a un concepto minimalista, donde los intérpretes, despojados, se sumergen en la belleza de la danza pura. Con estructuras claras, concisas, y dinámicas diferentes, Vasterling despliega las notas de este “Concerto” con delicadeza y especial sentido estético. Atractivo y simple, el vestuario, también de Vasterling, se funde con la iluminación de Scott Leather, que va marcando cada uno de los tres movimientos de esta obra en la que los solos y los dúos se entrelazan con impactantes escenas de conjunto.

The Black Iris Project, llegó con “Madiba”, de McQueen, un ballet de acción que narra de manera sintética y concisa la vida del líder sudafricano Nelson Mandela, con partitura de Carman Moore. Protagonizado Andile Ndlovu como Mandela, Daphne M. Lee en el rol de Winnie Mandela, y Alex Aquilino como el carcelero, la obra apela a ciertos cliché narrativos para contar la historia desde un punto de vista coreográfico quizás, demasiado antiguo. Excelentes bailarines, de mucha fuerza expresiva, colaboran a enaltecer la obra.

Para el cierre del primer programa Complexions Contemporary Ballet, subió a escena “Star Dust”, una coreografía de Dwight Rhoden sobre canciones de David Bowie. La producción, con una estética casi punk se convierte en una suerte de desfile de bailarines diversos, bien entrenados, que se sumergen en una sucesión de movimientos, escenas y secuencias semejantes a las de un cabaret contemporáneo, pero no pasa de la estética. No obstante, sirvió para un final explosivo.

Ver segundo programa con curado por Justin Peck. Hacer clic aquí.

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