Mark Foehringer Dance Project | SF

Un “Cascanueces” reducido, pero mágico

Interpretada por los bailarines de la compañía comandada por Mark Foehringer, la obra se presentó desde el 26 de noviembre hasta el 23 de diciembre en el Teatro Zeum, de San Francisco. .

Deja un comentario Por () | 05/01/2012

El Mark Foehringer Dance Project | SF presentó el "Cascanueces" en el Teatro Zeum, de San Francisco. Foto: Austin Forbord, RAPT Productions.

Reducir la historia del “Cascanueces” a 46-60 minutos es una inmensa proeza. Mark Foehringer recibió ayuda de Michael Morgan para este proyecto, quien estuvo a la cabeza de la Orquesta Sinfónica de East Bay. Interpretado por los bailarines de Mark Foehringer Dance Project | SF, este cascanueces reducido se presentó desde el 26 de noviembre hasta el 23 de diciembre en el Teatro Zeum, de San Francisco.
Los inteligentes diseños del vestuario de Richard Battle, a lo que hay que añadir la semejanza al color amarillo de los leotards, a los vuelos del mismo color, que crean el vestuario español, aparejados a las ligeras sayas del mismo material, La escenografía de Peter Crompton tiene una serie de falsas cortinas y pancartas que se mueven en derredor, en los momentos apropiados. Ver las pancartas subir en las cuatro esquinas para delinear la escena, resultó tan excitante como ver crecer el árbol.
Foehringer aún puede lograr el máximo de un escenario pequeño. El profundo ángulo de las lunetas permite al público ver lo que sucede en la escena claramente; los personajes del reparto deben captar el interés de los asistentes a corta distancia de la usual del proscenio,
Este año Foehringer también gozó de un reparto más apto; como resultado, él se inmiscuyó en el asunto de la escena y los personajes, logrando un excelente efecto. Brian Fisher continúa en el papel de Drosselmeyer, pero el hacedor de juguetes tiene varios encuentros fuertes con su sobrino, Chad Dawson, y una cantidad substancial de problemas.
Los ratones que levantaron a Clara, Norma Fong, podrían ser acusados de acoso sexual. Pero todo sucede tan rápidamente que no hay oportunidad de remarcarlo. Particularmente cuando Juan de la Rosa se quita la máscara del Rey de los Ratones para convertirse en Papá Tanenbaum, y luego acometer un trepak.
Cuatro pequeñines hacen de soldados, con cascos metálicos, y las golosinas del País de los Dulces llevan topes de crema sobre las cabezas. En un papel doble, apareció Lizanne Roman como Mme. Tanenbaum y Mother Ginger, Thomas Woodman fue el cartero que empujaba a los ratones hasta la puerta de la casa. Los varios avisos publicados, causaron confusión, pero Fisher acabó falsificando el estilo español en su danza con Melanie Hawkes o Deanna Woodman.
Norma Fong logró una encantadora Clara; el correcto port de bra de sus bien formados brazos llegaba hasta la punta de sus dedos, ligeramente petulante, pero igualmente dispuesta a ser guiada. Chad Dawson ofreció picardía en su papel, y ofreció ardiente soporte en los momentos apropiados.
Pero Fisher como Drosselmeyer, le dio a la producción el mayor empujón con su ímpetu, su disposición de eliminar a los ratones. Su elocuente gesto carente de elegancia, su rendición llena de pirouettes y jetes, y su reacción a cada vuelta que la historia.
Todo sirve para que la presentación sea una nuez muy dura de partir, así como la pequeña orquesta llena de vida, y la destreza de Morgan en reducir la partitura de Tchaikowsky. Ahora bien, si el mago Drosselmeyer hubiera logrado agrandar el tamaño del escenario unos diez pies, quizás más de uno en la platea se habría quedado con la boca abierta y admirado.

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