Mikhail Baryshnikov

Empaqueta su historia

El bailarín acaba de legar todo el material referido a su vida artística a la Biblioteca Pública de Nueva York. Videos de su carrera desde sus primeros años hasta el final de su trayectoria, testimonios, fotos y comentarios sobre su relación con Alexander Pushkin, su maestro.

4 Comentarios Por () | 12/10/2011

Mikhail Baryshnikov dona recuerdos personales a la Biblioteca Pública de Nueva York. Foto Archivo.

El gran Misha, según cuenta Patricia Cohen, en un artículo publicado en la sección de Arte del New York Times, ha decidido empaquetar su vida artística en cajas, y las ha llevado personalmente a la Biblioteca Pública de Nueva York, para beneficio de los estudiantes de ballet, que ahora podrán aprender de uno de los más grandes bailarines que ha producido la danza clásica. Sin duda alguna, y aunque no me gusta ser “definitiva” en el uso de ese adjetivo, Mikhail Baryshnikov ha sido el mejor bailarín del siglo XX.

En las cajas hay montones de cintas de video de su carrera, inclusive desde sus primeros años, entre los que se destacan principalmente la relación que tuvo con Alexander Pushkin, maestro a quien el bailarín venera.

Me tocó el enorme honor de asistir al debut de Baryshnikov en la ciudad de Nueva York, después de su deserción de la Unión Soviética. Esta había tenido lugar en Toronto, Canadá, en junio de 1974, cuando desarrollaba una tournée artística con el Ballet Bolshoi de Moscú (aunque él era miembro del Ballet Kirov de Leningrado, hoy Ballet Mariinsky de San Petersburgo).

Pronto se vio asediado por contratos de todas partes y por montones de compañías que solicitaban sus servicios. No obstante, el triunfador fue al American Ballet Theatre (ABT), y el inolvidable debut fue en el entonces llamado State Theatre (hoy conocido como Koch Theatre) del Lincoln Center de la capital del mundo de la danza.

La obra presentada fue “Giselle”, en la que compartía la escena con otra exiliada rusa, la maravillosa Natalia Makarova, como el personaje titular, junto a la no menos exquisita bailarina, Martine Van Hamel, como Mirta, Reina de las Willis.

Lo que presencié esa noche en el escenario nunca escapará de mi memoria. Al final de la función, el enloquecimiento del público llegó a tal, que conté más de 15 cortinas. Ya, al final, exhausto de tanto aplauso y ante un público decidido a no dejarlo ir, Baryshnikov colgó en el cuello de Makarova una corona de laureles que le había sido entregada a él, mientras ella, depositaba a los pies de su compañero, el enorme ramo de flores que tenía en sus brazos.

Después de ese suceso difícil de repetir, seguí la carrera del bailarín ávidamente, sin perder las mejores de sus funciones, primero durante su corta estancia de dos años con el New York City Ballet (NYCB), donde le vi un “Hijo Pródigo” inolvidable, así como “Tema y Variaciones” sin igual con Gelsey Kirkland, ambas piezas originales del gran Mr. B. Luego, su regreso al ABT, como director artístico y figura principal

En 1980, cómo director del ABT durante nueve años, colmé la copa de mis expectativas, presenciando sus mejores roles. Fueron demasiado para contarlos todos aquí, pero no puedo olvidar sus actuaciones con Kirkland, una de sus mejores compañeras, igualmente que con Makarova, su coterránea. Sus mejores obras, de las que solo mencionaré las que rápidamente vienen a mi mente, fueron: “Push comes to Shove” de Twyla Tharp, así como “Coppelia”, “La Fille Mal Gardée” y “Vestris”, una pieza de la era soviética, que le merecería la Medalla de Oro en la competencia de Varna, Bulgaria, de 1969.

Misha ha intentado obras dramáticas en Broadway, como lo hizo en “Metamorphosis” de Kafca, que me impresionó grandemente. De su incursión en el cine, están “The Turning Point”, donde lo acompañaron Shirley McLaine y Ann Brancroft, igual que “White Nights”, con Jerome Hines e Isabella Rosellini. Tampoco podemos dejar a un lado sus intentos en la televisión. Estos no fueron muchos, pero su aparición en los programas de la PBS titulados Dance in America, que formaban parte de la serie Great Performances, añadieron más triunfos a su carrera. Misha, no obstante, como un camaleón, cambia su arte y se enfunda en lo que le atraiga y le venga bien a la realidad de sus 63 años, pero no abandona la escena. Por esto la prensa no lo olvida, y es nombrado en los diarios constantemente, hasta contar que está intentando la pintura.

En marzo de 2003, lo ví por última vez en la escena. Esto fue en el teatro Joyce, en una función del difunto Ballet Tech de Eliot Feld, en la que se intentaba levantar fondos para la pequeña compañía. Baryshnikov se presentó en la segunda parte del programa, en una pieza coreografiada totalmente por Feld, en donde se burlaba de sí mismo, apareciendo con espejuelos negros, un sombrero calado hasta las cejas, y caminando tentativamente con un bastón. Después de intentar infinidad de divertidas “astrakanadas” que el público gozó infinitamente, se sentó en una silla rodante, y atravesó el escenario de lado a lado, como si bailara, hasta que dos bailarinas del conjunto de Feld, le entregaron un ramo de flores. Misha, tomando una flor cada vez, las fue tirando al suelo una a una, mientras retrocedía en la silla rodante, dejando una estela de flores en el suelo, igual que como terminara aquella famosa primera “Giselle” del Lincoln Center, recién exiliado.

Tuve que reprimir una lágrima por los recuerdos que atropellaron mi mente. Después vinieron otros, cuando mi nieto mayor, que me acompañaba, en seis palabras me explicó lo que había sentido, viendo a aquel gran bailarín por primera vez: “Abuela, esto sí es un artista”.

4 Comentarios para Empaqueta su historia

  1. 19/11/2011 at 11:40 pm | Permalink

    La película era “Sol de Medianoche” y el otro protagonista era el bailarín de Tap, Gregory Haynes, ya fallecido.

  2. ana's Gravatar ana
    26/10/2011 at 8:45 pm | Permalink

    Simplemente me encantó tu nota, porque alguien puso en palabras lo que este bailarín da a través de su arte.
    Gracias!

  3. claudia's Gravatar claudia
    13/10/2011 at 2:41 pm | Permalink

    Yo vi la película momento de decisión 5 veces y otra en la que bailaba con un negro , no recuerdo el título pero es cierto , sus saltos y su expresión artística hacian de él un DIVO!

  4. 12/10/2011 at 7:24 pm | Permalink

    HErmana, no tengo palabras para comentarte de este sentido y humano articulo.
    Me ha llegado hondo,solo tu puedes escribir asi.
    Ahora te voy a llamar por telf. Besos, Maruca

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