Entrevista: Natalia Magnicaballi

Codiciada en el Este y el Oeste

Es bailarina principal del Suzanne Farrell Ballet y del Arizona Ballet. Desde el 17 al 21 de noviembre presenta en el Kennedy Center de DC con la compañía de la musa de George Balanchine en in programa que incluye obras de Robbins, Mejia, Béjart y Balanchine.

Deja un comentario Por () | 15/11/2010

Natalia Magnicaballi y Michael Cook bailan en el Kennedy Center con el Suzanne Farrell Ballet. Foto: Carol Pratt. Gentileza de JFKC.

Cuando llegó por primera vez a Nueva York en 1998 con la compañía de Julio Bocca, la argentina Natalia Magnicaballi se quedó prendada de Estados Unidos y se propuso volver. Al año siguiente, Suzanne Farrell, la inolvidable musa de George Balanchine la contrató para su compañía, la Suzanne Farrell Ballet que tiene su sede en el Kennedy center de Washington, DC, donde la compañía se presenta en la temporada de otoño, desde el 17 al 21 de noviembre con un programa mixto que incluye obras de Jerome Robbins, Paul Mejia, Maurice Béjart y George Balanchine.

“Venía de un mundo muy naif y me encontré con una realidad muy dura. Sin embargo, lo que más me llamó la atención es que no habiendo hecho la escuela del American Ballet me consideraron para hacer Balanchine”, dijo Magnicaballi. Pero más allá de haber sido elegida por Farrell, la bailarina estaba dispuesta a probar nuevos desafíos.

Volvió a la Argentina y formó parte del Ballet Contemporáneo del San Martín, después, se fue a Italia a trabajar en Artballeto. Pero nunca dejó la compañía de Farrel con quien ya hace más de 10 años que trabaja. Después, llegó una oferta del ballet Arizona, dirigido por Ib Andersen, y ahora Magnicaballi recorre el país de punta a punta bailando para las dos compañías.

Hasta los 4 años vivió en un conventillo de la calle Magallanes 861, en La Boca, hoy, uno de los barrios más visitados de Buenos Aires, Argentina. Después, la familia, que siempre tuvo que pelear duro para hacer alcanzar el dinero, se fue a vivir  al vecindario de Montserrat, a media cuadra de la Avenida 9 de Julio. Y por esa época empezó su contacto con la danza.

Danzahoy: ¿Por qué la danza?

Natalia Magnicaballi: Empecé en el sótano del colegio primario porque todas mis amiguitas fueron ahí. Y quise seguir. Pero como siempre tuvimos problemas de dinero, mi mamá decidió mandarme a la Escuela Nacional de Danza . Allí una maestra le recomendó que fuera a la escuela del Colón y empecé a los 8 años con el maestro Vasil Tupín que me dio una beca para clases particulares. Mi mamá pagaba una clase por semana y el maestro me hacía ir todos los días dos clases. Y a los 9 años entré al Colón mientras seguía becada en el estudio de Tupín.

D: ¿Cómo era tu relación con Tupín?

NM: Él y su esposa Mercedes serrano fueron como mis abuelos. Me dieron todo. Más allá de la técnica me enseñaron a ser artista, la expresión, el compromiso y el trabajo diario. Ellos la llamaban Natasha (recuerda con nostalgia).

D: ¿Cómo manejaste el tema de tu altura?

NM: Hasta los 13 años era muy chiquita y después pegué el estirón, y el problema fue encontrar partenaires de mi altura en la argentina.

D: ¿Alguna vez pensaste entrar a la compañía del Colón?

NM: No, porque lo mejor que me podía pasar era estar en la compañía de Julio (Bocca). En el Colón en aquel momento no había concursos. Creo que a ninguno de los que formamos parte de esa camada se les ocurrió bailar en el Colón.

D: ¿Se puede bailar en dos compañías que están a tanta distancia la una de la otra?

NM: Estoy fija en las dos. No conozco mucha gente que esté en esta situación y me siento privilegiada. Generalmente antes de empezar la temporada tengo que hablar con los dos directores para organizar las fechas. Me mandan videos para que aprenda los ballets. Viajo mucho a la noche y llego directo a la sala de ensayo. A veces no me puedo poner las zapatillas porque tengo los pies muy hinchados. Muchas veces me ha pasado que he tenido que bailar en Los Ángeles viernes y sábado con Suzanne Farrell Ballet, y volar para bailar el domingo en Arizona.

D: ¿Cómo fue llegar a este país sin conocer a nadie?

NM: Cuando llegué no hablaba nada de inglés. Y Suzanne  (Farrell) se quedó admirada porque aprendí todos los pasos sin saber inglés. Recuerdo las cenas con la compañía en las que estaba con los ojos como huevo duro sin entender nada. Por ese entonces vivía en Nueva York y estaba totalmente sola.

D: ¿De qué manera organizas tu rutina diaria?

NM: De lunes a miércoles me levanto a las 7:30, a las 9 empiezan las clases hasta las 4:30 y después doy clases hasta las 9 de la noche. Los jueves hago gyrotonic y los viernes trato de no hacer nada y los fines de semana me ocupo de mí, voy a la peluquería, me pinto las uñas, cocino.

D: Con tantos viajes, ensayos y clases, ¿cómo puedes combinar tu vida personal con la artística?

NM: Mi marido, Andy Maroglio, conoce todo los entretelones de la carrera y eso facilita nuestra vida en común. Nos conocimos trabajando juntos en la compañía de Julio (Bocca). Pero recién cuando debuté en Nueva York con Julio, comenzó nuestra historia de amor. Ese día me llegó un ramo gigantesco de flores que decía “tu admirador número uno”. Yo no sabía quién podía ser. Y esa noche me olvidé las flores en el camarín. Pero al salir, él se acercó y me preguntó por las flores y descubrí quién era ese admirador anónimo. Y desde entonces, no nos separamos más. Es un eterno noviazgo.

Temporada del Suzanne Farrell Ballet

En el Eisenhower Theater del kennedy Center de DC 

Programas

Programa A: Nov. 17, 18, & 20 at 7:30 p.m., Nov. 21 at 1:30 p.m.
La Source (Balanchine/Delibes)
Sonate No. 5 (Béjart/Bach)
In Memory Of… (Robbins/Berg)
 
Programa B: Nov. 19 & 21 at 7:30 p.m., Nov. 20 at 1:30 p.m.
La Sonnambula (Balanchine/Rieti)
Monumentum Pro Gesualdo (Balanchine/Stravinsky)
Movements for Piano and Orchestra (Balanchine/Stravinsky) 
Eight by Adler (Mejia/Adler)

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