Al abrir un libro se espera entrar a un mundo donde las emociones y la “aventura” se fundan, y que la magia llegue a un punto en el que el lector quede atrapado hasta el final. Y aún en el final, tenga ganas de más. Algo de esto ocurre con “Life in Motion: An Unlikely Ballerina”, de Misty Copeland, publicado en marzo de este año por Touchstone/Simon & Schuster.
Copeland, una de las pocas bailarinas afroamericanas que logró llegar a solista en las últimas dos décadas de la historia del American Ballet Theatre (ABT), se lanzó a contar su historia, a pesar de ser aún joven como para abordar una autobiografía. Sin embargo, su deambular por la vida, su dura experiencia personal dentro de una familia desarticulada, nómade, y con escasos recursos para su supervivencia, hacen que este relato se justifique, y hasta sirva de argumento para una película taquillera de las que habitualmente saca Hollywood.
La narración, atrapante por momentos, conmovedora hasta las lágrimas en otros, se centra en las desigualdades, la discriminación, la falta de oportunidades, la promiscuidad y la pobreza. Aunque daría la sensación de que Copeland trató de omitir algunos elementos que podrían cuestionar aún más su situación familiar, y por otra parte, que utilizó el racismo como herramienta de concientización social. Especialmente en un país donde ese tema es aún hoy, tabú.
Escrito con el apoyo de la periodista Charise Jones, el libro deja varios cabos sueltos en la historia de esta bailarina que descubrió la danza tardíamente, que creció en una familia de seis hermanos con la presencia de distintos “padres”, y una madre conflictiva. En medio de esa desigualdad social y cultural, Copeland construyó su mundo admirando e imitando a la gimnasta Nadia Comaneci hasta que la descubrió una de sus maestras de Boys and Girls Club.
Su incursión en la danza fue a través de su mentora y preparadora, Cynthia Bradley, quien la introdujo en sus zapatillas de punta y en ese mundo mágico del ballet clásico. Y no sólo le abrió la puerta de su casa y de su familia, sino que también la cobijó, la protegió, y la alejó de la inestabilidad emocional y económica que significaba dormir en el piso de un cuarto de hotel con seis hermanos, y el cuarto marido de su madre.
Bradley, la hizo descubrir el ABT, y desde entonces Copeland tuvo como objetivo convertirse en primera bailarina de esta compañía. Uno de sus modelos y sus ídolos fue Paloma Herrera, a quien conoció luego, cuando empezó a formar parte de este ensamble que dirige Kevin McKenzie. Bradley también le permitió a esta adolescente sin esperanzas, encontrar una salida a la muerte cotidiana cargada de marginalidad, dolor, vergüenza y desolación.
Con un inglés sencillo, dinámico, bien escrito, y con escasas fotos, Copeland muestra personas clave en su vida. Algunas de ellas, como el caso de su primer amor, quedan sin entidad en el relato, como también en la edición fotográfica (sin apellido y sin referencia ni crédito). Lo mismo ocurre con su padre, quien aparece en un capítulo, pero el lector no encuentra la continuidad del vínculo. Estas ausencias, debidas a una falla de edición y agudeza periodística, le quitan intensidad y rigurosidad a algunos de los catorce capítulos del libro.
Ciertos pasajes son confusos y desorganizados, y la información clave de varios personajes importantes de la danza queda desdibujada. (Como por ejemplo, mencionar al director del San Francisco Ballet y no decir su nombre hasta después de varios párrafos)
Copeland no es escritora, es bailarina. Y es función del editor asistente refinar la escritura y no dejar nada al azar que pueda quitar fuerza al contenido. El editor no advirtió la insistencia reiterada de la protagonista en reafirmar su condición de “bailarina prodigio” y “talento especial” sin incluirlo como una cita textual de quien se lo haya dicho. Y suena petulante.
Mensajes subliminales que apuntan directamente al ABT y a su director, por momentos huelen a reclamo. Y daría la sensación de que el libro no sólo tiene como objetivo contar la heroica trayectoria de una niña que descubrió la danza como salvación, como vocación y como razón final de su vida.
Más que la biografía de una bailarina, “Life in Motion: An Unlikely Ballerina”, es una atractivo relato novelado con ritmo cinematográfico, que muestra de qué manera la danza, o el arte en general, pueden ser vehículos de transformación social. Aunque éste sea un caso individual, vale la pena conocer la historia y la pasión de Misty Copeland y embriagarse de su esperanzador mensaje.
“Life in Motion: An Unlikely Ballerina”
Autor: Misty Copeland con Charisse Jones.
(Edición: Touchstone/Simon & Schuster; 278 páginas, $24,99.
En venta en: Estados Unidos. Idioma: inglés)
Opino lo mismo que las 2 personas anteriores de qué depende que la difusión de un libro se haga en varios idiomas ? No debería ser por el presunto tiraje . Ya es una exclusividad por provenir de una bailarina clásica prima ballerina norteamericana joven , afroamericana . Al lanzarlo en otros idiomas se abre tanto a todos los cercanos al ballet , arte y a todo lector
Lamentablemente no hay una versión en español.
Tendran este libro en Español? yo seria la primera en comprar . aguardo respuesta.