Entrevista: Loipa Araújo

Una joya en Inglaterra

Calificada como ‘’la orquídea del ballet cubano’’ y una de las cuatro joyas por el crítico inglés Arnold Haskell, es actualmente directora artística asociada de la compañía dirigida por la española Tamara Rojo. Reflexiones de la maestra sobre una nueva etapa para la troupe inglesa.

Deja un comentario Por () | 31/10/2013

Tamara Rojo (izq.) y Loipa Araújo durante un ensayo del ENB. Foto gentileza del Museo de la Danza de Cuba.

Tamara Rojo (izq.) y Loipa Araújo durante un ensayo del ENB. Foto gentileza del Museo de la Danza de Cuba.

Loipa Araújo, calificada como ‘’la orquídea del ballet cubano’’ y una de las cuatro joyas –asi bautizada por el eminente crítico inglés Arnold Haskell–, estuvo brevemente en su natal Habana, con el fin prioritario de solucionar algunos asuntos familiares impostergables, y para acompañar a la estelar bailarina española Tamara Rojo, directora artística del English National Ballet, para ensayar ”Corsario”, mientras que disfrutaba de unas breves ”vacaciones”.
Locuaz, y poseedora de una experiencia de seis décadas, involucrada en el perfeccionamiento de jóvenes bailarines, y en los elencos de las más importantes compañías de danza de las cuatro esquinas del planeta. Actual directora artística asociada del English National Ballet (ENB) de Londres

La compañía dirigida por Tamara Rojo empezó la temporada con funciones de “La bella durmiente”. “A mi criterio, es uno de los ballets más difíciles del gran repertorio –dijo Araújo–, porque es el clasicismo en su pureza más absoluta. Cuando una bailarina lo interpreta, especialmente el papel de Aurora, es como estar desnuda. Es decir que debe estar en plena forma para que pueda hacerlo. No solo debe encarnar a una niña de 15 primaveras, ya que este ballet transita cien años de un acto al siguiente, sin que lo sufra físicamente, aunque debe demostrarlo teniendo en cuenta que son dos épocas distintas en que se sitúa el argumento de esta célebre pieza”.

El debut fue en Milton Keynes, ciudad a una hora de Londres. Y allí comenzó este nuevo periplo de la “joya cubana”. El programa siguiente se lanzó con un ballet que significó un reto para la compañía: “Etudes”, del danés Harald Lander.

Danzahoy: ¿Cómo consideras esta etapa de tu vida y la carrera profesional que desempeñas en Gran Bretaña?
Loipa Araújo:
En estos momentos vivo de una manera más sosegada, podría decir con franqueza, empero sin actividad ”ballética” no podría vivir. La novedad de entrar como miembro de un equipo, en este primer año, implica una dedicación absoluta. Porque hay que sentar las bases de los objetivos que buscamos para un conjunto de danza, es decir el alto nivel de calidad artística, en lo interpretativo y lo técnico que se aspira de esos bailarines. Por lo tanto, hay que estar vigilantes de cada detalle todo el tiempo.

D: ¿Cómo fue el proceso durante esta primera etapa?
LA:
Fue una temporada con un trabajo intensa de clases, ensayos, todo el dia. Los tres del equipo, el español José Martín, la china Hua Fang Zhang, y el japonés Yohei Sasaki, cuerpo de baile y solistas. Entre los cuatro nos dividíamos las responsabilidades. Tamara Rojo, como directora artística, me asignó la preparación y los ensayos de los otros bailarines principales, mientras que los otros tres se ocupaban del cuerpo de baile y solistas. Fueron días que, después de mis ejercicios matinales en la barra, me ocupaba de impartir las clases, y luego me involucraba el resto del día con los ensayos.

D: ¿De qué manera ha estructurado el trabajo Tamara Rojo?
LA:
Como directora artística y bailarina, Tamara Rojo, está siempre muy vigilante de que sus bailarines puedan bailar otros modos de danza, pero sin perjuicio de su físico. Entre sus planes en un futuro cercano, está la producción de un programa dedicado a las mujeres coreógrafas. Tamara tiene una capacidad de trabajo enorme. Con 39 anos, logra dirigir y bailar brillantemente, aunque no quiere ser siempre la protagonista de los espectáculos del ENB.

D: ¿Qué significa la presencia de Alina Cojocaru en el ENB?
LA:
La incorporación de Alina Cojocaru en el ENB ha sido valiosa en muchos aspectos, además es una de las más importantes bailarinas del mundo. Sin embargo, internamente, ha complicado las cosas, en cuanto a la organización de sus ensayos y programas, puesto que continuará sus presentaciones en el Metropolitan de NYC con el ABT, y en Alemania, con el Ballet de Hamburgo que dirige John Neumeier. Ella es la que abre la temporada como protagonista de “El Corsario”, por lo cual debe estar en Londres para el ensayo general con orquesta (a los tres elencos alternantes les corresponde siempre un ensayo con la orquesta).

D:- Crees que los bailarines con formación clásica perjudican su físico, al bailar las nuevas coreografías contemporáneas del siglo XXI, que exigen un entrenamiento particular previo?
LA:
En mi criterio, no creo que los lesionen, en cambio los enriquecen. La vida me ha demostrado que un bailarín clásico puede hacer de todo, pero una bailarina de “moderno”’ no se puede parar en puntas. Para mí, el clásico es como el gran abecedario, donde tienes que lograr desde la A hasta la Z el máximo nivel, con un gran conocimiento de los ¿por qué? de cada letra. Después de alcanzar esa base, puedes usar las combinaciones deseadas, que no alteran en lo absoluto tu base: por ejemplo, es el caso de Carlos Acosta o Tamara Rojo, que pueden bailar una pieza como “Croma”, y luego triunfar en “La Bayadera”. En mi caso, una noche bailaba una Giselle, y en otra, una obra de Alberto Alonso o de Alberto Méndez (muy moderna para su época, porque la danza ha evolucionado), sin embargo eso no me perjudicó, ni artística ni muscularmente.

D: ¿Forma parte de una evolución natural?
LA:
Lo que está forzado se olvidará, pero lo que está justificado, coherente, perdurará. La danza no se puede anquilosar. Hoy no se baila como ayer, ni hace 10 años es la misma del presente. Hasta las obras maestras de Petipa, pueden estar técnicamente correctas, pero no anquilosadas, rígidas; Deben estar animadas por el espíritu de estos tiempos.

D: En el ENB, según me comentas, el desarrollo interpretativo de sus artistas ocupa un sitial de primer orden…
LA:
La técnica es importantísima: si quieres hacer diez pirouettes mejor; si puedes saltar más alto mejor, siempre que la música y el estilo de la obra te lo permitan. Pero, por favor, que no inventen pasos que Petipa no imaginó. Hasta un balance sostenido sobre las puntas o no, es hermoso, siempre y cuando no se vayan de la música.
D: Si alguna vez te decides a retornar permanentemente a Cuba, ¿cómo piensas que podrías contribuir al desarrollo del ballet cubano, teniendo en cuenta tu experiencia profesional internacional?
LA:
Tal vez heredé algo de mis padres, que fueron unos grandes pedagogos –padre médico y madre maestra–, pues disfruto mucho con enseñar. No hay nada en el mundo que me satisfaga más que el poder compartir todas las experiencias adquiridas. Como dicen: “más sabe el diablo por viejo que por Diablo”, con los diversos coreógrafos y maestros, y los distintos públicos. Eso me hace vivir, es mi alimento cotidiano, y nunca estoy negada a ofrecerlas doquiera me encuentre, y me las soliciten.

D: …¿Para cuándo el regreso?
LA:
No lo puedo decir ahora. Yo quisiera acompañar a Tamara (Rojo) hasta que el ENB se consolide, sea fuerte, que hayamos logrado los objetivos propuestos al inicio de este camino. Igualmente, porque las condiciones económicas se superen para poder aumentar el elenco; hacer mas producciones…Tamara sueña con realizar su versión de “El lago de los cisnes”, situando la acción en España. Claro, antes que su mandato de 10 años expire. Por mi parte, debido a mi edad no sabría si llego con vitalidad hasta la terminación de su mandato, por lo tanto, mis planes los hago a corto plazo. Donde estamos sentados, es mi casa habanera, y mi país es éste: aquí retorno siempre para “recargar las baterías”.
D: Ahora que Fernando Alonso no está, ¿cuál sería, a tu criterio, la trascendencia del ballet cubano?
LA:
El retorno del maestro Fernando Alonso a Cuba –después de trabajar varios años en México–, fue una suerte para la Escuela Nacional de Ballet. Su presencia allí fue importantísima, porque aplicó en los estudiantes el ojo crítico que siempre tuvo, y que nos enseñó (a sus discípulas más cercanas como yo), el tenerlo en activo siempre: no debes mirar la danza con ojo complaciente, nos decía. Es una lección del gran maestro que tengo muy bien aprendida. Por mucho que disfrute con el baile de un bailarín, siempre debo mantener ese “ojo crítico” ante lo que está ejecutando. El tiempo pasa y todos iremos, finalmente, al mismo lugar, donde el destino nos tenga destinado: en el más allá o en otro planeta, donde sea. Estimo que lo importante es, y en el caso de Fernando Alonso se cumple, el legado, lo que dejas para la posteridad. Y creo ha dejado, especialmente en Aurora Bosch, Ramona de Sáa, Laura su hija y en mí, que fuimos los que aprendimos directamente de él, ese legado de sus principios, de cómo enseñar, el cual es objetivo de un verdadero pedagogo: su ética profesional, artística y humana.

D: Y ustedes son las encargadas de trasmitir su legado…
LA:
Después vino una segunda generación, que también recibió sus enseñanzas. En la medida que podamos transmitir a otros ese legado que nos dejó, haciendo entender la importancia de esos principios, el estará siempre con nosotros. Estoy segura que se le evocará siempre, y que llegará el momento de hacerle cabal justicia al hombre, al Maestro.

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