Cisne Negro

Sólo despierta incógnitas

La película sigue en cartel en los Estados Unidos y genera comentarios encontrados. Protagonizada por Natalie Portman y dirigida por Darren Aronofsky, esta versión particular del célebre personaje de “El lago de los cisnes” muestra otra cara de la trama

Deja un comentario Por () | 28/12/2010

El film ”Black Swan” (Cisne Negro), estrenada en los Estados Unidos en los comienzos del mes de diciembre, ha suscitado enorme interés, y ya se habla de posibilidades de premios, tanto para su estrella, Natalie Portman, como para su director, Darren Aronofsky. Por lo demás, la crítica ha sido magnánima con la película; es más, pudiera decir que la aplaude.

Para gusto se han hecho colores, dice el antiguo dicho, pero este “Cisne Negro”, es muy difícil de entender (¿eran los sucesos productos de la imaginación de Nina (Portman), o eran realidad? Los psicólogos se darán  gusto haciendo un montón de deducciones, pero para  el público en general, no creo sea tan sencillo. La dualidad de las situaciones da pie a la confusión que puede existir en la mente del espectador, al terminar la película.

Las crónicas de los rotativos cuentan el tiempo que la actriz dedicó a practicar y entender las bases de la danza clásica, que la hizo perder 20 libras, entrenada por Mary Helen Bowers, antiguo miembro del New York City Ballet. De la misma compañía, de la que es actualmente principal,  el coreógrafo Benjamin Millepied es el responsable de los segmentos coreográficos de la obra, cambiados o interpolados a  la maravillosa obra de Petipa-Ivanov, que van  acompañados por  la inmortal música de Tchaikowsky. La divina música  se oye no solamente en las escenas de danza, sino como música de fondo a través de toda la cinta fílmica.

La propia Portman ejecuta secuencias de danza clásica en los Pas de Deux del segundo acto, pero en los pasajes difíciles (como las vueltas), la cámara se aleja y entonces vemos en la lejanía a una brillante Sarah Lane, solista del American Ballet Theatre, ejecutando múltiples giros. Sobre el argumento, aquí es donde se marchan a casa el buen gusto y la decencia, Sí, ¿por qué no admitirlo?: No soy “politically correct”.

El director de la ficticia compañía  y coreógrafo del falso “Lago de Cisnes”, Thomas Leroy (Vincent Cassell), tratando de que Nina muestre más apasionamiento en el role de la malvada Odile, el Cisne Negro del título,  le insinúa que aprenda a darse satisfacción personal, o sea, masturbarse ( y aquí pido perdón a los lectores por usar la palabra). La escena no se hace esperar, y  aparece en la pantalla, suficientemente explícita para mi asombro. Pero la pasión no surge en la interpretación de Odile,  por más que el director la encuentra en otra bailarina, Lily (Mila Kunis) que incita a Nina a beber en la noche antes del debut, la seduce en una escena de lesbianismo, también demasiado explícita y por ende desagradable, que termina en sangre y muerte de Lily a manos de Nina, pero claramente producto de su  imaginación, de acuerdo con lo que aparece después,

Añadiendo más complicaciones al argumento, Nina tiene una madre dominante e intrusiva (Barbara Hershey), que vive obsesionada con el triunfo de su hija. Como otras bailarinas, Nina por su parte, vive  también obsesionada con ser estrella, aunque el precio por llegar a serlo, es muy caro (le sangran los dedos de la mano, los de los pies, y la espalda). Su admiración por la estrella de la compañía, Beth (Winona Ryder), cuyo retiro ha dado lugar a  su promoción, la ha hecho robarle aretes, creyones de labios, etc. que devuelve cuando Beth ha tratado de suicidarse, y está en una silla de ruedas. Sumamente macabro, no hay duda. 

En la escena final, donde Odile baila portando enormes alas negras, Nina obtiene el triunfo deseado, pero al convertirse de nuevo en Odette, antes de arrojarse al lago para terminar con su vida, se clava en el estómago un objeto hiriente que, como la obra coreográfica, también termina con su agonía. ¿Fantasía de su perturbada mente, o realidad? Ahí queda la pregunta.

Resumiendo: Para quien aspire a llegar a ser estrella de la danza, el argumento  puede causar que desista de su propósito. ¿Es “Black Swan” negativo para el ballet? Un sí con mayúsculas. El guión,  aparte de haber borrado la línea que debe  existir entre lo sensual y lo pornográfico, es deprimente, obscuro y muy difícil de discernir.

El único factor positivo que se puede señalar como resultado de “Black Swan”, es que Portman y Millepied han entablado  una relación amorosa que espero les proporcione a ambos momentos felices.

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