José Manuel Carreño en “Carmen”-Hacer clic aquí
El Ballet Español de Cuba (BEC), fue fundado en 1987 por Alicia Alonso, entonces directora general del Gran Teatro de La Habana, y junto con su actual director artístico, bailarín y coreógrafo Eduardo Veitía, celebran sus 25 años de meritoria trayectoria profesional. Para tan especial ocasión tuvieron invitados de lujo y realizaron reposiciones.
El primer invitado fue el joven bailaor de flamenco Francis Núñez –también director de su propia compañía Matices– quien llegó por el patrocinio generoso de la Agencia de Cooperación y Colaboración Cultural de la Embajada de España para bailar y montar un espectáculo para el BEC, “Sentir Flamenco”, con sus coreografías, así como bailarlas y realizar talleres de maestría con los bailarines cubanos.
Núñez recibió, igualmente, una formación clásica en Barcelona con la maestra y ex estrella del Ballet Nacional de Cuba Aurora Bosch. Y a partir de estos vínculos cercanos, surgió el tan anhelado deseo de estar en Cuba, con el objetivo confesado de enriquecer su acervo con la cultura musical y coreográfica de la isla antillana. Y al mismo tiempo, reciprocar con la entrega de su experiencia a los miembros del BEC en su celebración del 2012.
Durante la puesta en escena de “Sentir Flamenco”, pudo comprobar que se sueño era realidad, mientras trabajaba con un elemento humano “cargado de personalidad, sencillez y gran entrega”.
Este espectáculo pretende mostrar, y en gran medida lo consigue, “la verdad de la danza a través de la entrega total y sincera de sus intérpretes”. Esta pieza no tiene argumento, en cambio comporta un mensaje en un hilo conductor, mediante los matices que aportan los bailables de los llamados palos del flamenco.
Núñez va las raíces para expresarse con la modernidad de todo su cuerpo y el de sus colegas de baile, siempre con respeto a sus orígenes. Hermosos y variados diseños espaciales y un equilibrado uso de la percusión y los palillos, al querer demostrar, una vez más, que “el flamenco no es sólo andaluz, sino universal”. Ya está inscripto con justeza en la lista de Patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
El coreógrafo Núñez ha trabajado, como bailarín solista, con grandes figuras tales como Antonio Gades, Cristina Hoyos o Aída Gómez (Premio Nacional de Danza). Su formación clásica le permitió poseer una técnica que demostró particularmente en una seguidilla, junto a la bailaora cubana Graciela Santana, la cual dedicó a su maestra Bosch, y, luego en un deslumbrante solo, la conocida pero raras veces ejecutada, Farruca, con el estilo legado por Gades.
Con el efectivo actual del BEC, donde un 80 por ciento de sus integrantes son todavía talentosos alumnos, logró un cuerpo de baile más coherente y preciso.