XXIV Premios Benois de la Danse-Gala de laureados

El teatro también baila

El cuarto centenario del fallecimiento de William Shakespeare (1564-1616) fue el eje temático escogido por el Festival Internacional de Ballet para la gala de clausura tras la entrega de estos premios, celebrada a víspera. Una velada dedicada al escritor inglés reunió a galardonados en diferentes ediciones.

Deja un comentario Por () | 02/06/2016

Lauren Cuthbertson y Edward Watson, de The Royal Ballet, ofrecieron un fragmento  de "Romeo y Julieta" de Kenneth MacMillan. Foto: Jack Devant. Gentileza Jack Devant.

Lauren Cuthbertson y Edward Watson, de The Royal Ballet, ofrecieron un fragmento de “Romeo y Julieta” de Kenneth MacMillan. Foto: Jack Devant. Gentileza Jack Devant.

El cuarto centenario del fallecimiento de William Shakespeare (1564-1616) fue el eje temático escogido por el Festival Internacional de Ballet Benois de la Danse, para la gala que reunió a galardonados en diferentes ediciones. Cómo han visto los ojos de diferentes coreógrafos a lo largo de la historia del ballet las obras de “El Bardo de Avon” es un buen punto de partida para un espectáculo más comedido en su duración que el día anterior. En apenas tres horas, desfilaron por el escenario del Teatro Bolshoi de Moscú, cuatro versiones coreográficas de “Romeo y Julieta”, dos de “La fierecilla domada”, “Otelo” y “Hamlet”, y una de “Macbeth”, “La tempestad” y “As you like it”.

Honrando la memoria de Leonid Lavrovsky (1905–1967), autor de la primera versión coreográfica de “Romeo y Julieta” sobre la partitura de Sergei Prokofiev (estrenada en Brno, en 1938 y en el Teatro Kirov de la entonces Leningrado, en 1940), Anastasia Soboleva y Victor Lebedev (Ballet del Teatro Mikhaikovsky) abrieron la gala con los enamorados de Verona. En contraposición, “La tempestad” de Mauricio Wainrot agitó la escena, gracias a Sol Rourich y Rubén Rodríguez (Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, Argentina). La ambición y la traición de “Macbeth” vinieron de la mano de Yulia Stepanova y Denis Rodkin (Bolshoi Ballet), en una intensa interpretación de la creación de Vladimir Vasiliev. Para aligerar la densidad de tragedias, “La fierecilla domada”, en versión de Jean-Christophe Maillot (Les Ballets de Monte-Carlo), puso un punto de humor, gracias a la conjunción de Olga Smirnova y Semyon Chudin (Bolshoi Ballet).

Continuando con el intenso y extenso homenaje al septuagenario coreógrafo John Neumeier, que lleva cuatro décadas al frente del Ballet de Hamburgo, se presentó un dúo de “Otelo”, interpretado con vehemencia por los bailarines de su compañía Anna Laudere y Carsten Jung. El mayor contraste de la noche procedió de los dos extractos de piezas del fallecido Maurice Béjart. Su “Romeo y Julieta”, en la piel de Katerina Shalkina y Julien Favreau (Béjart Ballet de Lausanne), sonó con un swing diferente gracias a la música de Duke Ellington. La primera parte finalizó con los aclamados por el público Silvia Azzoni y Alexandre Riabko (Ballet de Hamburgo), con un extracto del “Hamlet” de Neumeier.

Otro “Romeo y Julieta” muy contemporáneo y diferente inició el segundo acto. En esta ocasión, en versión del francés de origen albanés Angelin Preljoçaj, cuyos bailarines Virginie Caussin y Redi Shtylla corporeizaron de nuevo a los desdichados enamorados. Y nuevamente sonó Duke Ellington, eta vez, para un dúo de “Hamlet”, salido de la imaginación de Béjart e interpretado por la pareja Shalkina-Favreau. El trabajo de John Neumeier recuperó presencia en escena con un dúo de “As you like it”, también interpretado por el tándem Azzoni-Riabko. El coreógrafo Lar Lubovitch firmó el segundo “Otelo” de la noche, ofrecido por Victoria Jaiani y Fabrice Calmels (The Joffrey Ballet, Chicago). Con esa actitud de revisar clásicos de forma poco ortodoxa, Mats Ek creó su propia lectura de “Juliet and Romeo”, de la que se ofreció un pequeño dúo por Mariko Kida y Anthony Lomuljo (Real Ballet de Suecia). El espectáculo finalizó con una pequeña suite o fragmento de una extensión superior a un paso a dos, de “La fierecilla domada” del creador galo Maillot, interpretada con solvencia por ocho bailarines del Bolshoi Ballet.

La gala de laureados con el Benois de la Danse resultó más amena que el espectáculo del día anterior, pese a que cuatro versiones de “Romeo y Julieta” pueden crear saturación de enamoramiento adolescente. Aún y todo, se echó de menos la aportación coreográfica de John Cranko, tanto en “Romeo y Julieta” como en “La fierecilla domada”. También contribuyó al éxito que la duración fue un poco inferior y que la combinación de piezas en el programa resultó más acertada, amén de un público más efusivo que la víspera en cuanto a aplauso. Con los Benois de la Danse –‘Óscar’ del ballet- en la vitrina de sus respectivos ganadores y con dos mega espectáculos en cuanto a su duración, el Teatro Bolshoi de Moscú piensa ya en los festejos de celebración del 90 cumpleaños del legendario Yuri Grigorovich. No obstante, no hay que perder de vista la próxima edición del Festival Internacional de Ballet Benois de la Danse, que celebrará sus bodas de plata, y, a buen seguro, que volverá a ofrecer espectáculo de ballet en su nivel más excelso y extenso. Ser una de las reconocidas cunas del ballet, a fuerza obliga.

Ver artículos relacionados
Los Oscars del ballet hablan español
Los mejores de la escena

Dejar un comentario