Royal Ballet of London en Nueva York

Una temporada en el Koch

Del 23 al 28 de junio, la compañía dirigida por Kevin O’Hare fue alternando elencos en dos programas mixtos con obras de Frederick Ashton, Kenneth MacMillan, Wayne McGregor, Liam Scarlett, Alastair Marriott; Calvin Richardson, Bronislava Nijinska y Christopher Wheeldon.

Deja un comentario Por () | 26/06/2015

Tatiana y Oberon dos de los personajes centrales de "The Dream", producción que el Royal Ballet llevó a Nueva York. Foto: Bill Cooper. Gentileza ROH/ArenaPAL.

Tatiana y Oberon dos de los personajes centrales de “The Dream”, producción que el Royal Ballet llevó a Nueva York. Foto: Bill Cooper. Gentileza ROH/ArenaPAL.

Por una corta temporada en el Teatro Koch de Nueva York, el Royal Ballet of London, presentado por Joyce Theater Foundation, regresó al Lincoln Center después de varios años de ausencia. La compañía dirigida por Kevin O’Hare, llevó a Nueva York dos programas mixtos integrados por clásicos de su repertorio.

Desde el 23 al 28 de junio, la compañía fue alternando elencos y obras. Y así desfilaron “The Dream”, de  Frederick Ashton, con  música de Felix Mendelssohn; “Song of the Earth”, de Kenneth MacMillan y música de  Gustav Mahler; “Infra”,  Wayne McGregor con música de Max Richter; “The Age of Anxiety”, de Liam Scarlett con música de Leonard Bernstein; “Voices of Spring”, también de Ashton; “Borrowed Light”, de Alastair Marriott; “The Dying Swan”,  con coreografía  de Calvin Richardson; “Le Train Bleu‘Le beau gosse’”, de  Bronislava Nijinska; “Aeternum” pas de deux, de Christopher Wheeldon, y “Carousel” pas de deux, de MacMillan.

"Song of the Earth" , de Kenneth Mac Millan, tuvo como protagonistas a Carlos Acosta y Marianela Núñez. Foto: Tristram Kenton. Gentileza ROH.

“Song of the Earth” , de Kenneth Mac Millan, tuvo como protagonistas a Carlos Acosta y Marianela Núñez. Foto: Tristram Kenton. Gentileza ROH.

Entre los primeros ballets presentados, había una dupla muy interesante por la diferencia de estéticas y en la personalidad de los que subieron a la escena.  El jueves 24 se presentó “The Dream”, la obra de Ashton basada en “Sueño de una noche de verano” de William Shakespeare, y “Song of the Earth”, de MacMillan.
Ashton escogio la encantadora música de Felix Mendelssohn para idear una coreografía con infinidad de situaciones graciosas, enredos, magia, supersticiones, hadas, dioses y mortales, que logran un particular encantamiento.

Sarah Lamb, la Titania de esa noche, puede decirse que bordó los pasos. Asimiló el rol como si le perteneciera. Por lo demás, su técnica es de la mejor calidad e hizo una pareja estupenda con Steven McRae en el rol de Oberon,  rey de la foresta. Sumamente atractivo y de limpios entrechats. Una pareja que delineó los personajes a la perfección y supo provocar ese encantamiento que propone esta bella obra.

El travieso Puck, James Hay, le hizo honor al personaje con saltos increíbles y vueltas que lo hacían parecer un trompo. Por su parte, Bottom, Bennet Gartside, hizo lo suyo como el personaje lo exigía.

“Song of the Earth” llegó para el final de este primer programa. Una realización de MacMillan de 1965, estrenada por el Stuttgart Ballet, que indica cuáles son los principales problemas que sufren los mortales. El rol de Mensajero de la muerte -que aparece en escena desde que la cortina se abre-, fue desempeñado por el bailarín cubano Carlos Acosta, miembro invitado desde hace tiempo de la compañía.

La mascarilla que Acosta llevaba  sobre la cara  escondía las expresiones indicativas de la personalidad y propósitos abrigados por el personaje. pero no, Acosta no parecía sentir nada. Su parte bailable tampoco emociono, como sucedía tiempo atrás.

Seis canciones de Gustav Mahler, con texto de Hans Bethge, acompañan la coreografía que danzan solistas y cuerpo de baile. Marianela Núñez, en el rol principal, se destaca desde un principio. Es bella y se mueve con una delicadeza digna de admiración. Ya sea sola o en trío con Acosta y Nehemiah Kish, su amado que ya había pasado a mejor vida sin ella. El movimiento de los brazos de Núñez semejan la

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