Festival Internacional de Cine Gay

Un hombre que rompe con los prejuicios

El encuentro cinematográfico organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, dedicó su 9ª edición al bailarín y coreógrafo José Rivera Moya, creador y fundador del ensamble La Cebra Danza Gay, por sus aportes a la cultura gay mexicana desde la danza.

Deja un comentario Por () | 28/02/2015

José Rivera, director de La Cebra Danza Gay, homenajeado en el Festival Internacional de Cine Gay de la UNAM. Foto gentileza FICG de la UNAM.

José Rivera, director de La Cebra Danza Gay, homenajeado en el Festival Internacional de Cine Gay de la UNAM. Foto gentileza FICG de la UNAM.

El cinematógrafo del chopo se vistió cebra. José Rivera, fundador de La Cebra Danza Gay, agrupación creada en 1996, recibió junto con sus bailarines un merecido homenaje en el marco del Festival Internacional de Cine Gay de la Universidad Autónoma de México (UNAM) que se realizó del 6 al 15 de febrero. Este encuentro reúne 47 filmes de países como: México, Venezuela, República Checa, Argentina, Israel, Países Bajos, Cuba, España, Polonia  e Italia.

Bailarín, coreógrafo y maestro, defensor de los derechos de la comunidad LGBT y de la lucha contra el VIH. Nació el 9 de agosto de 1969 en San Luís Potosí. Inició su formación como bailarín en 1985 en el Instituto Potosino de Bellas Artes. Formó parte del Ballet Provincial de San Luis dirigido por la desaparecida Lila López, llegando a ser bailarín principal. En 1987, se incorporó como bailarín al Ballet Independiente, agrupación de la cual es director artístico desde 2012.

Visiblemente emocionado Rivera Moya expresó al subir al podio: “Me siento un poco raro porque si ya empiezan los homenajes a lo mejor ya no estoy tan chiquita… estoy grandecita. Estoy contento porque justo en este suelo que estoy pisando se encontraba el Foro del Dinosaurio de esta institución, y aquí fue la primer función de la compañía que dirijo y que ya va a cumplir 19 años en junio de 1996 en la semana cultural gay que llevaba José María Covarrubias”. 

Agradeció a quien nombró como su padrino/madrina Ignacio Toscano, que desde la fundación de la compañía lo apoyó. “Dijiste que vendrías vestido de Rosa Nacho”, comentó entre carcajadas. Lamentó que cinco ex bailarines de la compañía hubieran fallecido todos de SIDA. “Pero bueno, así es la vida, pero los que estamos aquí debemos seguir trabajando, porque la lucha continúa”.

La danza fue el medio que escogió para visibilizar la problemática estructural que atraviesa la comunidad gay en el país: la homofobia. Moya, sacó del closet a la homosexualidad de forma creativa, crítica y contestataria. Constructor de un discurso poderoso que explora una identidad marginada, sus bailarines ataviados con ropas femeninas, maquillados, con plumas, registran en su corporalidad las denuncias, las agresiones, los insultos, las vejaciones, el dolor… ese que solamente puede ser nombrado por quien lo ha sufrido. De esta forma, esos cuerpos masculinos se constituyen como mediación donde múltiples significados se inscriben.  Obligan a erosionar estereotipos, esos que pretenden condensar en una imagen, características sociales, culturales y anímicas de este grupo tan diverso. Rivera no acepta esta imposición. Con su propuesta resignifica, dignifica y empodera a la comunidad homosexual.

Su trabajo coreográfico se ha distinguido por la calidad técnica de sus ejecutantes. Sus temáticas recurrentes: el machismo, la prostitución, la violencia física, la discriminación y el SIDA.  

El documental “Animal de fantasía”, realización de la joven cineasta Olivia Portillo, egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (cuec), quien acompañó con su lente por dos años a Rivera y sus bailarines tras bambalinas en giras, presentaciones y camerinos, muestra en pantalla el trabajo que realiza esta agrupación.

En el film, el histrión rememora cómo dio nombre a la compañía. Relató que de niño, un pequeño circo llegó a su pueblo, entre los animales que formaban parte del espectáculo se encontraba una cebra. Él nunca había visto un animal así, quedó seducido. Su mejor amigo le llamaba cebra, así que cuando el proyecto comenzó a tomar forma debía llamarse así. 

Admirador de mujeres como Frida Kahlo, Guillermina Bravo y Chavela Vargas, declaró sentirse cómodo trabajando sólo con hombres. A las mujeres no las entiendo, acotó. Apasionado de la fantasía, los juguetes y los colores; su personalidad camaleónica le permite operar como coreógrafo, bailarín, maestro, representante y vestuarista de la compañía. 

Con fragmentos de obras coreográficas que el bailarín interpretó a lo largo de su carrera, “Animal de fantasía” es un relato íntimo que muestra otra cara del artista.

“Mientras esas rayas curtidas me lo permitan, la cebra seguirá haciendo de las suyas” apuntó.

Alfonso Loranca.Licenciado en Pedagogía egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Profesional en educación dancística con especialidad en danza folclórica egresado de la Escuela Nacional de Danza “Nellie y Gloria Campobello“, del INBAL.

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