Ballet "Dioné"

La danza pone su sello en las cartas

Con motivo del 75 aniversario de la creación de la obra de Eduardo Sánchez de Fuentes, primera coreografía con música de un compositor cubano, el Ministerio de las Comunicaciones emitió un sello postal de dos valores, y su lanzamiento fue realizado por Alicia Alonso.

Deja un comentario Por () | 09/03/2015

Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, lanza el sello postal en homenaje a la obra "Dioné", de la que fue protagonista hace 75 años. Foto: Nancy Reyes. Gentileza NR.

Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, cancela la serie de estampillas en homenaje a la obra “Dioné”, de la que fue protagonista hace 75 años. Foto: Nancy Reyes. Gentileza NR.

Con motivo del aniversario 75 de la creación del ballet “Dioné”, de Eduardo Sánchez de Fuentes, primera obra coreográfica con música de un compositor cubano –también autor del libreto–, el Ministerio de las Comunicaciones de la isla mayor de las Antillas decidió emitir una serie postal de dos valores, y la cancelación de primer día fue realizada por Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, en la sede habanera de la compañía, en tanto creadora del rol titular de esta pieza en un acto de apenas 30 minutos.

El ballet “Dioné” tuvo su primera representación el 4 de marzo de 1940, en el teatro Auditórium de La Habana, por el Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical –con la Alonso como artista invitada–, y la participación, entre otros, de Fernando Alonso (su primer esposo entonces), en el rol del príncipe Girom; Cuca y Antonio Martínez del Hoyo (hermanos de Alicia) y Newcombie Rice.

La coreografía (de la que solamente existen escasos fragmentos filmados y algunas fotos atesoradas en el Museo de la Danza), fue concebida por el búlgaro George Milenoff con figurines diseñados por el cubano Federico Villalba. Contó, igualmente, con el soporte musical de la Orquesta Sinfónica de La Habana, bajo la dirección del eminente maestro Gonzalo Roig (autor de la emblemática zarzuela “Cecilia Valdés”).

El director del Museo Nacional de la Danza, Pedro Simón (actual cónyuge de Alonso), apuntó que hoy se cumple otra importante efeméride para Alonso, ya que ese mismo año ingresaba al cuerpo de baile del Ballet Theatre, luego bautizado como American Ballet Theater (ABT), que cumple sus 75 años de fundación en NYC.

Eduardo Sánchez de Fuentes (1874-1944) fue también el autor de la icónica “Tú”, canción en forma de habanera (con letra de su hermano Fernando), así como de la cantata “Anacaona”, compuesta para ser estrenada en la inauguración del teatro Auditórium (hoy, con el nombre de Amadeo Roldán) en el año 1928, y el Oratorio Navidad, entre otras hermosas obras ejecutadas hasta el presente.

El ballet “Dioné” tuvo su primera representación el 4 de marzo de 1940, en el teatro Auditórium de La Habana, por el Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical, con Alicia Alonso como artista invitada. Foto gentileza Museo de la Danza.

“Dioné” se estrenó el 4 de marzo de 1940, por el Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical, con Alicia Alonso como invitada. Foto gentileza Museo de la Danza.

La partitura manuscrita de “Dioné” se exhibe cual un precioso tesoro en el Museo Nacional de la Música y su música fue espléndidamente grabada recientemente por la Orquesta Sinfónica Nacional, conducida por su titular el maestro Enrique Pérez Mesa, según informó el musicólogo y director de dicho museo, prof Jesús Gómez Cairo, quien ofreció una breve disertación acerca de la importancia en la música cubana de la obra de Sánchez de Fuentes.

La eximia bailarina, visiblemente emocionada después de escuchar algunos fragmentos de dicha música, confesó a la prensa que: “esta obra me marcó una profunda huella en toda mi carrera. El ballet ‘Dioné’ fue para mí una experiencia muy especial, que me permitió acercarme a trabajar con personalidades de la música cubana como Eduardo Sánchez de Fuentes y Gonzalo Roig, y formar parte del histórico estreno del primer ballet con música de un compositor cubano que llegara a la escena, partitura concebida, además, especialmente para la danza teatral. Recuerdo haberle oído comentar al propio maestro Sánchez de Fuentes, que el argumento original para el que fue creada la música tenía su base en un tema relacionado con los aborígenes cubanos. Creo que varios factores llevaron al autor a utilizar la música en otro argumento”.

Las implacables críticas que se le hacían por entonces a Sánchez de Fuentes por su interés en vincular la música con la cultura de los primitivos habitantes de Cuba, sumado a la estética del coreógrafo que iba a montar la obra –el maestro búlgaro George Milenoff– que asociaba el arte del ballet a temas  europeos y cortesanos; y, por otra parte, el gusto de la directiva de la Sociedad Pro-Arte Musical, que no escatimó en recursos para proporcionar importantes decorados y vestuario, diseñados por Fico Villalba.

“Pero lo que sí es indudable es que, para el maestro Sánchez de Fuentes, esta música no fue una obra de ocasión –señaló Alonso–, sino que tomó muy en serio su primer trabajo para un ballet; y el buen resultado obtenido pudimos constatarlo felizmente en aquel momento, y también, en fecha más reciente, con la primera grabación que se hizo de la música por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Enrique Pérez Mesa, nada menos que sesenta y seis años después de su primera presentación”.

Alonso recordó la mención que, con motivo del estreno, hizo el crítico y periodista Antonio Quevedo. “Música perfectamente adecuada a la acción y a la pantomima del ballet, música de danza en la que la fluencia y la espontaneidad melódicas se asocian en felices momentos con pinceladas instrumentales de discreta modernidad, difíciles  de captar en una primera audición, por sus combinaciones de timbres. El solo de corno inglés, que un sátiro toca desde su rústica atalaya, es una fragante melodía, plena de sabor bucólico. La danza en la selva, especialmente la de las zumbonas abejas, está compuesta con agradables motivos musicales…”

“Dioné” fue creado en 1940 “con rumores de la selva, en donde genios, monstruos, ninfas y espíritus elementales eran despertados por el renacer de la primavera. Alonso apuntó que fue una experiencia enriquecedora en los inicios de su carrera y un acontecimiento importante en la evolución escénico-musical del país.

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