La presente sede de la ENB se encuentra en un edificio neogótico de la primera década del siglo XX, construido por el Sindicato de los Trabajadores del Comercio, y en los años siguientes al 59 cambió su función como centro de formación de atletas de alto rendimiento en gimnasia. Desde la llegada del nuevo milenio, lo ocupa este crisol de bailarines para asegurar la continuidad de la danzas clásica entre los cubanos. Esta renovada instalación de tres pisos, cuenta con 20 salones de ballet, un gimnasio, aulas especializadas para las clases de maquillaje, idiomas y computación, departamento de fisioterapia, enfermería, estudio de sonido y sala de proyecciones, además de las aulas reglamentarias para la docencia teórica de esta especialidad.

Todos los años, con el auspicio del Ministerio Cubano de Cultura, la ENB organiza y realiza anualmente, en su sede y otros teatros capitalinos, el Encuentro internacional de academias para la enseñanza del ballet y, cada dos años, el Concurso internacional para estudiantes de ballet, en cuyos eventos han participado numerosos alumnos de diversos países de las cuatro esquinas del globo terráqueo.

No puede soslayarse la influencia notable de la ENB en la cultura nacional, así como su trascendencia internacional, detrás de lo cual se desarrolla una labor sistemática de un capaz claustro de profesores, entre los cuales podría mencionar a las profesoras Mirta Hermida (laureada con reconocimientos internacionales), Esther García, Clara Carranco, Marta Iris Fernández (vicedirectora de especialidades), Ana Julia Bermúdez o Nor María Olaechea, bajo la experta dirección de la Doctora en Artes Ramona de Sáa, con la asesoría permanente del Maestro-fundador Fernando Alonso Rayneri, todos artífices de una legión de bailarines de renombre en la escena mundial de la danza.

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