El Ballet del Teatro Colón conoció la versión de Margarita Wallmann recién en 1942, profundamente adaptada para la capacidad de nuestra Compañía de entonces. Sus calificados bailarines asumieron los principales papeles: Lida Martinoli (Clara), María Ruanova (Hada del Azúcar), Michel Borovski (Cascanueces), con Juan José Castro en la dirección orquestal, y decorados y vestuario de Héctor Basaldúa.

Para iniciar la temporada correspondiente al año 1971 en el Teatro Colón se había planeado integrar la trilogía de Tchaicovski-Petipa con Ivánov en dos. Se contaba con “El Lago de los Cisnes” (1963) y “La Bella Durmiente del Bosque” (1967) ambos de Jack Carter. Se decidió montar “El Cascanueces” de Rudolf Nureyev.

En los primeros encuentros con el divo, éste seleccionó el elenco que lo acompañaría, y sus integrantes se vieron sometidos a preparación intensiva y rigurosa. La bailarina estrella Olga Ferri fue elegida junto a la malograda Norma Fontenla (moriría ese año en el accidente aéreo) para encarnar a Clara. Nureyev bailaba y era tan pronto Drosselmeyer como el Príncipe, de acuerdo con su nueva concepción de la obra. Escenografía y vestuario fueron diseñados por Nicholas Georgiadis, y Manfredi Argento dirigió la Filarmónica de Buenos Aires. Es jalón indeleble en la historia del Colón. El camino recorrido por El Cascanueces en La Plata aparece también en estas páginas. La nueva versión que se presenta en el Teatro Argentino es de un reconocido platense y ex integrante de su Ballet estable: Iñaki Urlezaga.

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