La interpretación de “Preciosa y el aire” estuvo a cargo de la bailarina Yolanda Correa, con una ejecución precisa y musical en la entrega poética del personaje principal.
Foto: Nancy Reyes.

Nuevamente la gran dama del ballet cubano sorprende con otro estreno mundial en la primera década del siglo XXI, como parte del programa anual del festival “La Huella de España”, que ella fundara y preside, para honrar la impronta ibérica en la cultura de la nación caribeña. Ahora se trata de una miniatura coreográfica inspirada en el poema “Preciosa y el aire”, de Federico García Lorca, y motivada por una pieza inédita para piano del granadino Ángel Barrios, quien la concibió codo a codo con su amigo y poeta.

Hacer una reseña sobre esta nueva pieza, y mantenernos en el plano de la supuesta objetividad del crítico, resulta tarea harto difícil. Por lo tanto, expondremos antes que todo el criterio algo parcializado sobre la coreografía y la orquestación (en el caso de la música, no he podido escuchar la original para piano de Barrios).

En este punto, puedo decir que nos enfrentamos a un fenómeno artístico-coreográfico “insólito”, si tenemos en cuenta las emergencias y urgencias de su creación por parte de Alicia Alonso, quien –antes de partir al Brasil para cumplir un exitoso contrato con su compañía-, dejó establecidas sus líneas fundamentales: de estilo, fraseo, poética y estructura, a sus tres eficaces asistentes: Ana Leite, Javier Sanchez (profesores del BNC), a Irene Rodríguez (primera bailarina del Ballet Español de Cuba) y al Lic. José R. Neyra, como asesor literario.

La excelente orquestación fue solicitada, in extremis, al veterano director de orquesta Roberto Sanchez Ferrer, y cumplió con creces su cometido, pero solamente fue escuchada por la coreógrafa y los once intérpretes en dos ensayos generales previos al estreno público en el escenario de la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana, como parte del programa de una de las Galas, consideradas “plato fuerte” de la edición XXI de este festival anual (operación cultural mixta, pues cuenta con el apoyo capital de la Agencia Española de Cooperación , AECID, de la Embajada de España en Cuba). Y en esta especial ocasión contó con la presencia de su progenitor, Don Juan José Santos Aguado, entonces Cónsul General de España en La Habana, y ahora Embajador de su país en Qatar, así como familiares y amigos del compositor Ángel Barrios).

La interpretación exquisita de “Preciosa…” por la bailarina Yolanda Correa, con una ejecución precisa y musical en la entrega poética del personaje protagonista en un espléndido vestido azul celeste, resultó una de las bazas a favor de esta miniatura lorquiana, la cual permitió revelarnos el talento promisorio del joven Dani Hernández (aún en la filas del cuerpo de baile), al encarnar con fuste al gitano principal, conel acertado soporte de los otros gitanos (el viento).

Los figurines del diseñador invitado Frank Álvarez y la esforzada dirección musical de Giovani Duarte, en el foso al frente de la Sinfónica del Gran Teatro, contribuyeron sobradamente a “salvar” un posible desastre, pronosticado por algunos, de esta primera representación de la obra.

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