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Danzahoy | actualidad | Menia Martínez y Rudolf Nureyev: La cubana de Nureyev
NOVIEMBRE DE 2008 | EDICIÓN Nº80

 

actualidad

Menia Martínez y Rudolf Nureyev

La cubana de Nureyev

Un amor que comenzó cuando ambos bailarines estudiaban en la antigua Leningrado. Nureyev quedó seducido por el exotismo de Menia Martínez, y sus destinos se cruzaron para luego separarse para siempre.

Isis Wirth | Alemania

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Menia Martínez, el primer amor de Rudolf Nureyev.
Menia Martínez, el primer amor de Rudolf Nureyev.
Foto: Archivo.

En 1966, el Ballet Nacional de Cuba se presentaba en el Teatro de los Campos Elíseos de París. Rudolf Nureyev, quien justo había pedido asilo político en Francia, cinco años antes, en una dramática escapada en el aeropuerto Le Bourget de París, ya era el bailarín más famoso del mundo. Cuando supo que los cubanos bailarían allí, voló desde Londres con tal de ver a Menia Martínez.

La historia de ambos había comenzado once años atrás. Menia, luego de estudiar en la Academia de Ballet Alicia Alonso, obtuvo una beca en la Academia Vagánova del entonces Leningrado (hoy de nuevo San Petersburgo), adonde arribó en 1955. Entonces conoció a Rudik, también estudiante de la célebre institución.

Según Julie Kavanagh en su biografía “Rudolf Nureyev, the Life”(Penguin Books, 2007), Menia apareció en la escuela como una “joven Gina Lollobrigida”, con el “exotismo” de su “cubanidad”, e incluso, cuentan, se sentaba en un banco de la cocina de la escuela con una tina de lavar entre sus piernas y lo golpeaba como si fuera un tambor.

Menia era de la otra parte, “la única virgen en Leningrado”.

Es en este asunto de la virginidad donde se entrecruzarían los destinos de Menia y Rudik, aunque sobre todo él (ya que la biografía trata de Rudik) alegadamente la hubiese perdido con… una mujer (mas no Menia), un punto que esta biografía intenta elucidar: que la “iniciación amorosa” de Nureyev fue con mujeres. Que luego fuese diz que “bisexual” –¿quién no podía sentirse atraído por Nureyev?– , pero decididamente homosexual “avant tout”. Si estos caminos del Señor podrían ser inextricables en tal caso, lo cierto sería que Nureyev estuvo “in love” con Menia.¿ “Platónico”?, sugerirían algunos. Con seguridad, amoroso.

“Como casi todo el mundo en la escuela, Rudolf Nureyev estaba hipnotizado por la muchacha cubana, quien sería su primera y única novia ‘teenage’”. (Ambos nacieron en 1938.)

Justo Kavanagh titula un capítulo de su libro “Xenia and Menia” para referirse al pas de deux de estas dos mujeres que mientras Nureyev era estudiante fueron sus “amores”. Xenia Pushkina, la esposa del mentor de Rudik, Alexander Pushkin, quien podía ser la madre de Nureyev, quiso hacerle descubrir “el mundo que él no conocía”, y habría sido quien lo hubiese “desvirgado”. Luego, comenzó la relación con Menia, que se convirtió en un romance. “Fue la primera experiencia para ambos de estar enamorados”.

Xenia reaccionó “como una leona” cuando supo de la cercanía de Rudik y la cubana. Menia, por su parte, cuando Rudik le dijo que había estado en la cama con ella, le espetó: “¡Con ese monstruo!”

En la primavera de, ¡lamentablemente tenía que ser! 1959, llegó el momento en que Menia debía retornar a Cuba. Nureyev se apareció en el último minuto en la estación de trenes de Leningrado, contrariamente a Ingrid Bergman en “Casablanca”: “¡Me voy contigo!” Estuvieron esa noche juntos en Moscú. A la mañana siguiente, en el aeropuerto, cuando llamaron por el vuelo de Menia, Nureyev tenía lágrimas y no la quería dejar ir. De vuelta en Leningrado, Xenia podía sentir la influencia de Menia en Rudik y devino muy celosa. Nureyev no olvidaba a su cubana.

En el verano del ’59 se volvieron a ver en Viena, en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. “Menia, esto tiene que ser amor”, le decía Rudik. Pero ahora ella se concentraba en la “nueva Cuba de Castro”. Nureyev la encontró fría: “Pienso que ahora soy yo quien te ama más de lo que tú me amas a mí”.

Dos años más tarde, Nureyev huía en París.

Y en ese 1966, el bailarín más famoso del mundo fue al ensayo general del Ballet Nacional de Cuba en el teatro, tratando de no ser reconocido por los cubanos, para quienes, naturalmente, era un “traidor”. Logró deslizarle un papelito a Menia: “Cuando acabes, ve al Hôtel des Ambassadeurs. Estaré esperando por ti”. Alicia Alonso se enteró del subterfugio, y le prohibió a Menia acudir a la cita. Menia representaba a Cuba, y Nureyev no sólo había traicionado sino que era amigo de Jacqueline Kennedy. Comprometería a la compañía y a ella misma y, además, cuando Castro I había estado en la ONU en 1960 le había servido de traductora con Jruschov. Pero Menia resistió: “No me importa si usted me expulsa, voy a ir, él era mi mejor amigo”. Alguien entonces, para solucionar el asunto, se ofreció a chaperonear a Menia.

Rudik la esperaba fuera del hotel. Cuando vio a su acompañante masculino, le dijo: “¿La KGB cubana?”. Le respondió que era tan sólo un amigo, quien los dejó solos y cayeron en brazos uno del otro. Nureyev la llevó al Maxim’s, donde le presentó a Brigitte Bardot.

“Te amo, Menia, por favor, quédate conmigo”, le suplicó Rudik llorando. Finalmente, la respuesta de Menia fue ambigua: “No le dije ni que sí que no, sólo ‘pattamo’ (por qué)”.

A las cinco de la mañana, Rudik devolvió a Menia a su hotel. Kavanagh argumenta que este episodio parisiense le sirvió a Nureyev para comprender que nunca más debería volver a mirar atrás.

Fue en esa presentación del BNC cuando se “quedaron” los llamados “Diez de París”, temerosos de la represión a los homosexuales en Cuba. Que Nureyev, el primer “traidor” de la historia del ballet en los regímenes totalitarios, haya ido a reencontrarse con Menia justo en esa ocasión, tiene una curiosa resonancia simbólica.

3 comentarios a este artículo

3 | rodrigo cartes | 09/12/2008
triste historia...nureyev sigue siendo lo mas grande para nosotros los bailarines...

2 | Maricarmen Varela (México, D.F.) | 30/11/2008
Qué bello artículo. Felicidades. Yo no conocía esa historia. Soy amante de la danza, la ejecuté por muchos años. Amo a Nureyev y soy admiradora del BNC, de toda la danza cubana en general. Gracias por este relato.

1 | jesus pelaez | 14/11/2008
exelente articulo.conoci ha menia pocos anos despues de este episodio. era una mujer como llevada por una fuerza extracorporal.era alguien dificil de olvidar.se distancio del ballet nacional de cuba pero extranamente todo el mundo la recuerda como si hubiera hecho su carrera en cuba.menis es tan recordada como lo puede ser josefina o mirta pla. muy linda narracion

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