Bipolar

Como siamesas

La obra con dirección de Ana Barros y música de Jorge Aliaga, se presenta en julio, de jueves a domingo a las 20 horas en el estudio fotográfico ubicado en Avenida Simón Bolívar 1846, de la ciudad de Santiago de Chile. Un espacio no convencional para un espectáculo íntimo.

Deja un comentario Por () | 17/07/2015

Ana Barros y Macarena Arrigorriaga- van construyendo y de-construyendo similitudes y diferencias en "Bipolar". Foto: Fabián Andres Cambero. Gentileza Bipolar.

Ana Barros y Macarena Arrigorriaga- van construyendo y de-construyendo similitudes y diferencias en “Bipolar”. Foto: Fabián Andres Cambero. Gentileza Bipolar.

En un espacio no convencional, un estudio fotográfico, arreglado para recibir 45 personas como público. Íntimo. El color blanco del ciclorama avanza sobre el piso dándole continuidad y limpieza. Sólo se rompe con la figura negra de dos cuerpos unidos por la cabeza.

Un extraño y cautivante personaje que son dos, pero se mueven como uno, confunden y remiten al desdoblamiento de la persona y su sombra. A la hidra mitológica esta vez, con las cabezas unidas.

“Bipolar”, con dirección de Ana Barros y música de Jorge Aliaga, se presenta en julio, de jueves a domingo a las 20 horas en el estudio ubicado en Avenida Simón Bolívar 1846, de la ciudad de Santiago de Chile.

Comienzan pequeños movimientos de dedos, de manos. Atrapa la tensión que generan y no permite que se desvíe la mirada. Quebrados, rítmicos, repetitivos. Los movimientos están pensados y hechos con precisión, y se van desarrollando poco a poco haciendo aparecer constantes asociaciones. Como siamesas, dos mujeres -Ana Barros y Macarena Arrigorriaga- van construyendo y de-construyendo similitudes y diferencias.

No se entiende cómo vuelan etéreas estando unidas y con los pies en el suelo. Se mueven sin perder la tensión, al unísono. Pasan por tres etapas bien identificadas, tres escenas separadas cada una por un corto oscuro total.

Primero están unidas por la cabeza con una tela que se estira y encoge a su manejo; luego aparecen con las cabezas cubiertas con una tela más transparente que deja vislumbrar sus facciones, y al final ya con rostros y cabello descubiertos. Rompiendo el hechizo que las mantuvo unidas, ese castigo impuesto por los dioses, o por uno mismo, que las hizo manipularse una a otra, no darse tregua, exigirse al máximo, pasar de la contención a la sensualidad, de la tragedia a la comedia.

En "Bipolar", dos mujeres, unidas por la cabeza con una tela que se estira y encoge, llegan a un final abierto. Foto: Fabián Andres Cambero. Gentileza Bipolar.

En “Bipolar”, dos mujeres, unidas por la cabeza con una tela que se estira y encoge, llegan a un final abierto. Foto: Fabián Andres Cambero. Gentileza Bipolar.

Llegan al final sin final, estando cada una consigo misma, listas para comenzar sin dependencia ni ataduras. Aunque siempre está la posibilidad de volver a los rituales cotidianos que convierten a los seres humanos en marionetas de sí mismos.

El vestuario de Alejandra Bobadilla es otro personaje que actúa y se va transformando a la par de la coreografía. Barros y Arrigorriaga muestran su técnica y su destreza para cautivar al público, son intérpretes-creadoras que seducen cuando se mueven, y no dejan a nadie indiferente.

Temporada Julio 2015: “Bipolar”
Jueves a domingo 20.00
Av. Simón Bolívar  1846

 

 

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